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Tres años de cárcel por causar un accidente mortal en Gondomar

Brais, en una imagen del juicio, celebrado en julio pasado.
photo_camera Brais, en una imagen del juicio, celebrado en julio pasado.

El juzgado condena al conductor a cinco años sin carné y al pago de indemnizaciones por más de 300.000 euros. El fallo asegura que iba a 199 km/ h en un tramo de 50

nnnBrais V.N., de 24 años, ha sido condenado a tres años de prisión y a cinco sin carné de conducir como causante del accidente de tráfico ocurrido en Gondomar en 2016, en el que murió un amigo y otros tres resultaron heridos graves. 
La sentencia del juzgado de lo Penal 1 de Vigo encuentra al joven conductor responsable de un delito de conducción temeraria, otro de  conducción por imprudencia grave con resultado de muerte y otros tres de lesiones por imprudencia grave, así como el pago de más de 300.000 euros en indemnizaciones (la mayor cuantía para la novia de la víctima) a pagar subsidiariamente con la compañía de seguros. 
 Según los hechos probados, el 18 de septiembre de 2016 sobre las 7,13 horas de la mañana, Brais V.N. conducía el Mercedes propiedad de la empresa de su padre por la carretera PO364, que une Tui y A  Ramallosa, en dirección a Gondomar. En el interior del vehículo viajaban además tres amigos y la novia de uno de ellos, en el asiento del copiloto. El acusado, “que conducía el vehículo con unas ruedas en mal estado de conservación y tras haber ingerido bebidas alcohólicas, sin que conste que en cantidad suficiente para mermar sus facultades de conducción”, tras rebasar la rotonda en la intersección con la AG57, en una recta de unos 700 metros “aceleró el vehículo hasta alcanzar al menos la velocidad de 199 kilómetros por hora”, por lo que al llegar a una curva a la izquierda, perdió el control del coche. El mencionado relato asegura que el desplazamiento lateral, le obligó a dar un volantazo para evitar colisionar a la derecha, golpeándose contra un muro de piedra situada a la izquierda, rebotando el coche y colisionando con un cierre de una finca en un vehículo estacionado.
El fallo judicial incide en que la carretera por la que circulaba permite una velocidad máxima de 50 kilómetros por hora. En el momento del impacto, uno de los ocupantes salió despedido del vehículo por el parabrisas, golpeándose contra el asfalto, llegando a recorrer 79,5 metros, falleciendo unos días después en el hospital. Los otros tres ocupantes sufrieron diversas lesiones, algunos con secuelas permanentes.
Respecto a la cantidad de alcohol, la prueba realizada inicial arrojó 0,36 mg de alcohol por litro de aire espirado y la segunda 030.
El propio acusado reconoció en el juicio que iba a gran velocidad pero descartó que fuera ebrio.n
 

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