Opinión

Acciones coercitivas

Consumado el desafío soberanista por parte del Parlament de Cataluña con la aprobación de las leyes de Referéndum y Transitoriedad y la convocatoria oficial de la consulta por parte del Govern catalán se asiste a una aceleración del proceso/antiproceso por toda las partes concernidas. La respuesta del Gobierno ha ido en todas las direcciones posibles del mismo modo que también los independentistas han comenzado a activar todos los mecanismos a su alcance para la preparación del referéndum ilegal.
En el frente judicial el fiscal general, además de querellas contra quienes han encabezado el desafío, acaba de dar un paso significativo que implica a los Mossos d’Esquadra, cuando les ordena –junto al resto de Cuerpos y Fuerzas de Seguridad el Estado- que procedan a  la incautación de papeletas, censos, urnas y cualquiera de los elementos necesarios para la celebración de la consulta, que no llegaran a destino el 1-0. De esta forma puede que la foto que buscan los independentistas con guardia civiles retirando las urnas se convierta en la foto de la propia policía autonómica cumpliendo las órdenes judiciales que les lleguen, de tal forma que, en efecto, los mossos cumplirán con la ley, sin llegar a tener que garantizar la seguridad y la libertad de la votación. Llegado al punto de enconamiento de las posiciones, con el gobierno decidido a cumplir y hacer cumplir la ley y los secesionistas a realizar un referéndum ilegal desobedeciendo cualquier decisión judicial que proceda de los órganos constitucionales, sin que haya posibilidad de que se produzca un acercamiento –nadie piensa en que pueda haber propuestas políticas-, la única solución para evitar la consulta es mediante la utilización de medidas coercitivas.   
En el aspecto político, los propios porcentajes de los partidos ‘indepes’, más lo que dicen las últimas encuestas, indican que los soberanistas van con los números muy justos, mientras que los partidarios de la unidad de España acaban de recibir un nuevo espaldarazo europeo por boca del presidente del Parlamento Europeo, enviando a Cataluña a la cola de países que quieran pertenecer al club europeo si desacatan la Constitución española. Además un buen número de ayuntamientos catalanes no están  dispuestos a participar en el referéndum ilegal.
La clave es Barcelona. Cuando su alcaldesa, Ada Colau, afirma que Cataluña necesita un referéndum  pero que no puede "resolverse de una manera fácil y rápida y dejando fuera a la mitad de Cataluña"´, no responde a la pregunta fundamental, que es si cederá o no los locales municipales para poner las urnas. Una ambigüedad que tiene de los nervios a todo el Govern aunque tras la Diada es posible que sus palabras ahora equidistantes, el lunes se inclinen hacia el lado de los soberanistas. No en vano va a defender la soberanía de Cataluña en un acto con Pablo Iglesias.
En el orden en que los soberanistas ganan por goleada es en el de la movilización de los suyos. Los ayuntamientos independentistas ya se han puesto en marcha, hasta empieza a recaudar la ‘caja de resistencia’ pro Artur Mas y el 11-S se verá otro ejemplo, y están las amenazas de ocupar las calles si se impide la celebración del referéndum declarado ilegal por el Tribunal Constitucional. Este será el último escenario del enfrentamiento antes del necesario diálogo.  

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