La experta Nuria Chinchilla invita a romper el llamado techo de cemento autoimpuesto por las propias mujeres
nnn Más de 300 personas asistieron ayer, en la sede de Afundación en Vigo, al foro “Mujer, Empresa y Formación”, organizado por el Centro de Estudios Superiores Aloya en el marco de la celebración de su 50 aniversario. Se trataba de analizar el rol de la mujer en el entorno empresarial actual y presentar el nuevo programa que el Centro de Estudios Superiores Aloya ha puesto en marcha para estrechar los vínculos de la entidad con el mundo empresarial.
El programa “Aloya-Empresas” nació con el cuádruple objetivo de fomentar espacios de diálogo entre los empresarios y los centros de formación profesional; cubrir las necesidades formativas de las empresas; favorecer la actualización de su capital humano; y ser un observatorio de lo que demanda el mundo laboral. A través de esta novedosa iniciativa, el Centro pone a disposición de los empresarios sus instalaciones, adaptadas para la formación técnica y tecnológica de sus familias profesionales, y un equipo humano experto en la formación para el trabajo. Tal y como destacó la directora del Centro de Estudios Superiores Aloya, Estefanía Martínez-Brocal, “Aloya- Empresas ofrece una excelente oportunidad para mejorar el vínculo con las empresas y promover sinergias entre el tejido empresarial y nuestro Centro. Lo que les ofrecemos es el diseño de cursos a la carta y diferentes actuaciones de formación continua para profesionales innovadores capaces de desarrollar un trabajo colaborativo e innovador”. Durante el foro, Nuria Chinchilla, profesora, investigadora y directora de la cátedra Mujer y Liderazgo deIESE Business School, ofreció la conferencia “Mujer y Liderazgo: agentes del cambio en nuestra sociedad”,en la que reflexionó sobre cómo apoyar el desarrollo del talento femenino, identificando los frenos e impulsores que lo rodean.
Según explicó Nuria Chinchilla, “existen dos tipos de techos que las mujeres debemos superar para eliminarlas barreras que siguen existiendo en la actualidad. Uno de ellos es el techo de cristal, que es el que se nos impone a las mujeres desde el exterior y viene provocado por los horarios rígidos de los empleos, la imposibilidad de conciliar el trabajo y la familia y también por ciertos estereotipos masculinos. Pero, además, existe el llamado techo de cemento, que es autoimpuesto por la propia mujer y que incluye todas aquellas barreras internas que tienen que ver con la falta de confianza y el miedo al fracaso y, que, en muchas ocasiones derivan en optar por no promocionar en la trayectoria profesional”.
En su opinión, el mundo actual requiere del talento femenino para seguir avanzando con estructuras y estilos a la medida del hombre y de la mujer de hoy que humanicen la sociedad ya que, la sostenibilidad de nuestra sociedad requiere reconciliar trabajo, familia y vida personal. “La mujer-madre ha sido el agente de cambio que ha facilitado la flexibilización en la empresa, al estar legitimada por ley para hacerlo, demostrando que no solo es posible, sino que puede incluso ser más productivo”. Tras la intervención de Nuria Chinchilla se inició una mesa de debate, moderada por Diego Maraña.n
