La Fundación organizó la tradicional comida de confraternización con 90 homenajeados

Los 200 Vigueses Distinguidos quedan inmortalizados en papel

Los 90 asistentes al encuentro de Vigueses Distinguidos, en pie, mientras se nombraban a los fallecidos. VICENTE
En 27 años, la ciudad ha otorgado cerca de 200 títulos entre Vigueses Distinguidos y Medallas da Cidade.
Desde ayer ya están inmortalizados en el papel. La publicación 'Vigueses Distinguidos. 1985- 2011' recoge el currículum y el historial de los hombres, mujeres e instituciones dignos de ostentar este cargo. En el acto anual, organizado por la Fundación en el paraninfo del antiguo Rectorado, se repartieron ejemplares entre los protagonistas. 'La segunda tentativa de hacer este historial resultó exitosa, aunque requirió un trabajo de nueve meses; hace 6 años no conseguimos la respuesta esperada', apuntó Luis Espada, presidente de la agrupación.

Espada apuntó que 'el denominador común de todos estos personajes es la constancia en sus vidas, en las que hicieron camino al andar y contribuyeron a crear ciudad'. Con este libro se pretende dejar testigo del 'esfuerzo de estos vigueses, que ya forman parte de la historia de Vigo', apuntó Espada.

El encuentro, que habitualmente tiene lugar una semana antes de la fiesta de la Reconquista, consistía en una comida de confraternización, que en esta ocasión tuvo lugar en la Casa Pepe y contó con 90 comensales. Sin embargo, en la edición pasada se incorporó el memorial a los socios desaparecidos. Desde 1985 fallecieron 59 Vigueses Distinguidos, a quienes nombraron uno a uno. En el homenaje Gerardo González Martín leyó una loa a Valentín Paz Andrade, muerto este año y actual autor del Día das Letras Galegas. Por su parte, Jesús Sueiro dedicó unas palabras a otro finado, Enrique Fernández Guntín, el médico de los pobres de Cabral.

El emotivo memorial acabó con un recital de poesía con versos del propio Valentín Paz Andrade y de Castelao y con un concierto de cuerda, dado por alumnos del Conservatorio Superior de Música.

Una vez finalizado el acto institucional, un autobús recogió a los participantes para conducirlos al restaurante. La velada se prolongó hasta bien entrada la tarde, donde se trataron, ¿cómo no?, temas sobre Vigo.

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