Nos despertamos estos días con que el recibo de la luz se nos encarecerá un 7 por ciento este año, esto es, somos “ los campeones de Europa”, no, no de fútbol, sino en tarifas eléctricas. Sí, sí, sí, somos campeones de Europa... Sonrían de felicidad.
Pero todavía tenemos más, nos despachamos a su vez con que nos imponen una sanción por eliminar ayudas a las renovables, nada más y nada menos que de 128 millones de euros por la retirada de dichas subvenciones a las renovables; esto es, que pagaremos, usted, yo y los demás curritos a dos compañías eléctricas (preguntándome, pues soy mal pensado por naturaleza, si algún ministro o alguno de estos ineptos políticos terminará de consejero en dichas empresas en próximas fechas).
Esta última medida, iniciada por el ínclito e insigne sr. Zapatero y rematada por el ilustre y notable sr. Rajoy, supone un esfuerzo más, un “apretarse el cinturón”, etc. y demás maravillosos términos (boberías) con que nos adornan los oídos personajes como los anteriormente mencionados.
Lo más curioso de todo esto, lo más destacado, es nada más y nada menos que todas estas medidas adoptadas por estos “excelsos” elementos no supone ningún tipo de responsabilidad, de perjuicio a los mismos, a los que las toman, a sus patrimonios, etc., pero sí en cambio a cada ciudadano de a pie, a cada súbdito que sin comerlo y sin beberlo, como diría el refrán, se traga sí o sí, el recibo de la luz preceptivo.
