Cartas al director

Esperanza, fe y valentía

Algunos estamos a punto de irnos de vacaciones, entre ellos yo, y por costumbre hago un pequeño repaso sobre lo que ha dado de sí, hasta aquí, el año en curso.
Ya puestos, quiero compartir algunos datos entresacados de un informe que ha publicado recientemente la Comisión Europea. En él, claramente, se dice que los trabajadores españoles han cargado con el peso de la recuperación de nuestro país, a base de fragmentar el empleo y reducir sus sueldos. De hecho, según el informe, España cerró el año 2016 con mas personas en riesgo de pobreza (22,3% frente al 22,1% en 2015) y muy por encima de la media de la UE (17,1%), y además con un aumento significativo en los niños y los mayores de 65 años, los segmentos mas vulnerables. El índice de desigualdad (Gini) se sitúa en el 34,5% lejos aún del 31,9% (2007) antes de la crisis. El desempleo sigue en el 18,7% y las tasas de temporalidad son las mas altas de la UE.
El Gobierno no deja de ensalzar las cifras de empleo y crecimiento pero está claro que los datos nos muestran la otra realidad, la de la precariedad. 
Desde la actual cúpula de Comisiones Obreras dicen que la situación actual es poco entendible y consideran que una de las medidas más eficaz sería aumentar los salarios para que se gane poder de compra y activar la demanda interna. Suena muy bien pero, honestamente, creo que los sindicatos tienen necesariamente que actuar contundentemente haciendo de contrapeso con la patronal y el Gobierno para favorecer en las negociaciones a la parte más débil, nosotros, o nunca llegaremos a equilibrar la balanza.
Es de elogiar el mensaje que la ministra de Empleo ha lanzado a los empresarios; “Es el momento de que los salarios acompañen la recuperación del empleo”. No obstante yo creo que el Gobierno seguirá ensalzando las cifras de empleo y gestionará la situación con el único afán de no perder las próximas elecciones.
Ya no sirven las promesas, es hora de actuar y los partidos políticos tienen la obligación de ver más allá de sus intereses partidistas para ponerse a trabajar presentando iniciativas que ahonden en la recuperación de los intereses económicos y laborales de los trabajadores. Ha llegado la hora de compensar nuestro esfuerzo.
Los movimientos sociales no son constantes y tienen subidas y bajadas, pero como personas individuales tenemos que alentarlos manifestando sin equívocos hacia donde queremos ir.
Ya que nos vamos de vacaciones seamos optimistas: “La esperanza es desear que algo suceda, la fe es creer que va a suceder, la valentía es hacer que ocurra”.