El presidente del Banco Central Europeo (BCE), anunció una importante rebaja de sus previsiones de crecimiento para la eurozona en 2019 y 2020, situándolo en el 1,1% y el 1,6%, respectivamente. El BCE recorta así seis décimas su proyección de crecimiento del PIB de la zona euro para este año, frente al 1,7% anticipado en diciembre. Al mismo tiempo, rebaja una décima su pronóstico para 2020 y sitúa la progresión de la economía en el 1,6%. De cara a 2021, el Consejo de Gobierno de la citada entidad en su reunión mantuvo su previsión en el 1,5%.
Las frías estadísticas hacen prever una difícil situación, y lo que es aún más grave, es que estamos acercándonos a situaciones que ni los economistas ni los expertos son capaces de predecir.
En España estamos en periodo electoral y los políticos están peleándose por ver quién es el que va a ganar las próximas elecciones, a quien favorecen las encuestas y… paren de contar. Ellos siguen enzarzados en su guerra cuando, precisamente ahora, deberían ofrecer soluciones para paliar la alta proporción de ciudadanos que permanecen “en riesgo de pobreza o exclusión social”, a pesar de la época de bonanza.
Mi cuento “El tiempo se nos escapa” me anuncia que hemos asistido a decisiones que recortaron derechos conseguidos en el transcurso de muchos años. ¿Porque estamos tan callados?
No cejemos en nuestro empeño de luchar (un buen ejemplo ha sido el 8-M) por recuperar lo que nos han recortado: “la última década ha sido testigo de cómo el concepto “mileurista” ha pasado de ser despectivo a convertirse en una aspiración”.
