Cartas al director

invertir en vida

n  n  n Me gustaría poder abrazar a la familia de José Antonio Arrabal. Me uno a su dolor ya que entiendo la desesperación que debió sentir para tomar la decisión de acabar con su vida.
Mi padre murió hace tres meses,el 23 de diciembre, después de que la Ela fuese poco a poco encerrándolo en un cuerpo inerme. Fueron siete años en los que perdió toda la movilidad y, aunque poco a poco, su cuerpo iba muriendo su espíritu iba teniendo cada vez más vida. El no podía moverse pero su sonrisa, su paz y su alegría nos movía a todos los de alrededor.
Todos queremos mantener para siempre a los que queremos, por eso es triste tener que estar discutiendo la legalidad de poder acabar con la vida de cualquiera.
Me indigna que seamos capaces de movilizarnos para hablar de muerte y no de vida. ¿Dónde están las ayudas para la investigación y curación de enfermedades como la ELA o tantas otras a las que denominamos enfermedades raras?
Si existiesen, mi padre estaría con mi madre y mi familia y José Antonio aún podría abrazar a la suya.