Cartas al director

el laberinto de creta y otras historias

 Circular por las calles de la ciudad en la que vivo se ha convertido en un auténtico calvario desde que dieron comienzo las obras de reurbanización de la céntrica Avda. Verge de Montserrat. Es, por este motivo, por el que sospecho que la venta de carburante en el municipio se ha disparado en las últimas semanas. Y dicen que la cosa va a durar casi tres años para cabreo de comerciantes y ciudadanos en general. Paciencia, nos piden nuestros munícipes, mientras los usuarios del volante rondan a diario por el casco urbano para salvar el actual galimatías viario. Es como el mitológico laberinto de Creta construido por Dédalo para esconder al Minotauro, pero que, en este caso, intenta agotar la paciencia del personal.    
Los que también están teniendo problemas, son los ciclistas que en zonas boscosas se tropiezan con criminales trampas, presumiblemente colocadas por los dueños de los terrenos, en un inútil intento de pretender poner puertas al campo. Pero los que se llevaban recientemente la peor parte, eran los corredores en bici de montaña de un equipo de Motril, que se veían obligados a huir despavoridos ante el ataque de un enjambre de abejas que se encontraron por el camino. En el video grabado desde una de las bicis, se ha podido escuchar los gritos de dolor de los ciclistas, que trataban a toda prisa soltar lastre y poner piernas en Polvorosa. Cuentan que fueron 80 las enfurecidas abejas que aguijonearon a uno de los ciclistas, que vio la muerte a sus espaldas…
Otra historia que despertaba mi curiosidad, era el asunto ese del mueblé  regentado por  familiares directos de aquel gallego bajito que mandaba tanto, que precintaba la Guardia Urbana de Barcelona. Al parecer, tan ilustres propietarios tenían un piso en el nº 81 de las Ramblas barcelonesas, donde se ejercía la “actividad de alquiler de habitaciones a tiempo parcial para la prestación de servicios sexuales”. Era un amigo del barrio quien me alertaba de tan promiscua noticia, en la que se destacaba que la familia del calavera Pocholo, se había quedado sin su lucrativo negocio. Hay quien piensa que la fortuna de esta particular saga familiar, sí que es un laberinto y no el de Creta. Para ocultar su origen, lo han dejado todo ‘atado y bien atado’.