Cartas al director

Trato vejatorio en el sergas

De todos es conocido el gravísimo deterioro que está experimentando la sanidad gallega, hoy en proceso de privatización, según se desprende de la denuncia continuada en los medios de la prensa, la calle, o por parte de algunos profesionales que la ejercen. En lo que a mí respecta, como usuario, hacía muchos años que no acudía a un ambulatorio del Sergas, entre otras razones porque he vivido fuera de esta comunidad cerca de veinticinco años. No obstante, un hecho que yo desconocía es que además de ese gravísimo deterioro que se denuncia en el servicio, existe paralelamente de puertas adentro un grave déficit humano por parte de cierto personal administrativo, que sin generalizar se comporta de un modo negligentemente maleducado. 
En este caso concreto me voy a referir al Ambulatorio Periférico de la Torre (Arcones de Orillamar) como asímismo al Ambulatorio Central de San José, en la cuarta planta, en cuyas instalaciones entiendo se veja, cuando menos de un modo ocasional, a los usuarios que acuden en demanda de información o en el ejercicio de sus derechos como pacientes. Al menos es mi caso, con profusión de gritos u otros modales molestos por personas concretas sobre las que entiendo que unas lecciones de respeto al paciente no serían mal vistas por quien ejerce como tal.
Ciertamente, existe un riesgo real de generalizar ese doble trato discriminatorio que a nivel persona denuncio: el déficit del servicio y la deshumanización en el trato.