Cartas al director

Federico García Lorca, un poeta inolvidable

Durante mi etapa estudiantil, empecé a leer a Federico García Lorca, transmitiéndome su poesía lírica y dramática. Fue un poeta convertido en mártir por su asesinato a principios de la Guerra Civil. Disfruté de la evolución de su obra literaria con una poesía de gran musicalidad y raíz folclórica de la que es buena muestra "El romancero gitano". 


La sugerencia poética de García Lorca llegó a mi lectura por una visión cultural para darme unos tonos misteriosos y sobrios que me sugerían un conocimiento del surrealismo hacia una poesía de gran belleza y emoción. Esto lo contemplé en sus poemas "Poema del cante jondo", "Secretos del amor oscuro", "Poeta en Nueva York" o "Llanto por Ignacio Sánchez Mejías", en torno a la figura del torero muerto. Si Federico García Lorca me entusiasmó con sus historias poéticas, también me gustaron sus obras dramáticas encuadradas dentro del teatro poético figurando una visión escénica como contemplé al leer "Mariana Pineda". 


Lorca demostró en varias de sus obras antes de su muerte ser un aunténtico hombre de teatro. En efecto, en su novela "Bodas de sangre", donde dos hombres se enfrentan por una mujer, da una visión de un Lorca convertido en un dramaturgo profesional. Por otro lado "Yerma", significativamente escrita en prosa, como para no dejarse invadir por su vena lírica, es una obra teatral llena de musicalidad. Federico García Lorca refleja su condición de poeta en su obra "La casa de Bernarda Alba", una sobria y a la vez intensa historia, cargada de fatalidad en la pasión concentrada de las mujeres de los pueblos de España en la década de los años treinta. Esas obras en prosa de García Lorca tuvieron sus representaciones teatrales, aparte de ser adaptadas en películas cinematográficas. 
Escribo estas pocas líneas sobre este genio de la literatura poética y de prosa, pero podría escribir muchas más páginas, porque para mí Federico García Lorca es un poeta inolvidable. Por siempre y para siempre...