Cartas al director

La política que viene

En la política, y coexistiendo con el mal gusto, hay de todo, pero no quiero entrar a valorar sus idearios que si no son iguales, solo cambian una coma, dos puntos o tres acentos, entre los más sensatos y de siempre; del bipartidismo, y, entre los nuevos, que quieren que les diga y que no sepan; patadas y pa todos pero solo para reírse y rechiflarse un poco de lo tan entretenidos que pueden resultar y que usan soluciones fáciles para complicados problemas. Y no dan más. No. No se cansan de interpretar aquello que no ofrece duda alguna. Y no se sabe a ciencia cierta si es la codicia o la estupidez lo que les guía políticamente. En este mi pueblo de Negreira, adelantado donde los haya, ya se ha presentado alguna formación política, -estas de nuevo cuño- y su estreno no ha podido ser más afortunado. Paparota incluida, claro. Se valen de los viejos moldes, pues la gente bien comida razona y ve las cosas de otro modo. Y de ahí, -sobre todo con el café con gotas- la empatía puede hacer milagros en promesas de nuevos seguimientos. A la hora de la verdad, votos emitidos y contados, habrá para todos los gustos. Remordimientos, pesares, alegrías y llantos,  producto todo ello de errores y aciertos, tanto  de unos y otros, de los viejos y de los nuevos. Aquí la suerte o la chiripa no cuentan, ni tampoco entra en sus consideraciones. Lo malo de todo esto, es que al final todos, toditos todos, son iguales; a lo suyo, a lo particular de cada uno que es gerundio. Lo demás, los vecinos, a aguantar lo que nos echen. Es lo que merecemos. Y gracias por no tener lo que otros Ayuntamientos de muy superior categoría disfrutan ahorita mismo de tan disparatadas corporaciones con sus respectivas oposiciones aparentando indignación, rascándose la badana, fingiendo que protestan. Eso sí. Mandando cada dos por tres notas descafeinadas a la prensa simulando que hacen lo que no hacen ni deben. Todo será lo mismo, si no peor. A lo que nos espera, recemos, si nos acordamos de hacerlo, que falta nos hace. Y mucha.