Un día sí y otro también, leemos, escuchamos y vemos en los medios de comunicación, el contínuo goteo de inmigrantes procedentes de Africa y Asia, que llegan a nuestras costas en pateras; que son recogidos en alta mar, o que logran saltar las vallas de Ceuta y Melilla, con la disculpa, no siempre justificada, de que huyen de las guerras, a fin de que se les dispense una buena acogida, por razones humanitarias.
En primer lugar, opino que deberíamos estar los españoles más informados, del destino de esas personas, una vez atendidas en los puntos de concentración; en el sentido de, cuantos son devueltos a sus países de origen, y que se hacer con los que quedan en España; o sea como se hace su distribución en el territorio nacional.
En segundo lugar, en las fronteras de España, que actualmente son también las de la Comunidad Europea, debe haber un control eficiente, para regular el número de inmigrantes, que conviene a cada Nación, o corremos el riesgo de ser invadidos por constantes riadas de personas, que escapan, no tanto de las guerras, sinó de la miseria y atraso en sus países y, humanidad sí; pero hasta donde sea posible, sin que vengan cantidad de extranjeros, a engordar todavía más, nuestro ya muy elevado número de parados. José Núñez López. Vigo.
