Cartas al director

La eficaz influencia de la palabra escrita

Hace unos días leí un artículo de Amparo Gil, exdirectora de Caxton College, publicado el 22 de abril de 2015 y denominado: “El poder de la palabra escrita”. Con él me sentí gratamente identificado y me ha servido, como docente y como padre, para plasmar estas ideas sobre la importancia del libro y su trascendencia en el enriquecimiento cultural y humano del niño, del joven en periodo de aprendizaje, y del adulto en todas sus facetas. Y estas fueron mis conclusiones: 
Sea cual sea la trascendencia del descubrimiento que se cree o se invente para transformar la sociedad, nunca será tan revolucionario como las: ideas, técnicas, metodologías y procedimientos humanos para enseñar. 
Para enseñar principalmente: A razonar, a reflexionar, a imaginar, a pensar. 
Y es así, si todo esto se hace: Con veracidad, con criterio, con ética y con responsabilidad social y cultural.  
Los educadores, los padres, los profesores y todos aquellos que nos dedicamos a la docencia, en cualquiera de sus diversas formas, somos unos instrumentos muy eficaces para guiar a las nuevas generaciones, pues la palabra, la presencia física y la voz ejercen una gran influencia. 
Y para ello además contamos con unos medios muy efectivos, los más efectivos, que son los libros. Con ellos podemos entrar en el apasionante mundo: De la literatura y de la escritura.
Y a través de ello también: En el mundo fascinante de la imaginación, en el conocimiento, en la ciencia, en la investigación, en el arte y en la sabiduría. Cuando cogemos un libro, en cualquiera de sus formatos, iniciamos una aventura, no solo para adquirir conocimiento; sino también para el enriquecimiento de nuestra sensibilidad y para cultivar nuestros sentidos y emociones. 
Las experiencias y vivencias personales que ponemos en ejercicio con los libros pueden ser tan enriquecedoras como las que practicamos en nuestras vidas. 
A los jóvenes hay que transmitirles que la lectura conlleva un esfuerzo y una exigencia inicial pero que pronto se convierte en una pasión desbordante, en una necesidad prioritaria.