Cartas al director

Otro enano para Rajoy

A Rajoy le siguen creciendo los enanos, y ya van unos cuantos. Cada uno lo hace alcanzando un grado de esperpento que rivaliza en desfachatez con el anterior. El de J.M. Soria (el último, de momento), es una burla a la inteligencia y a la decencia que da vergüenza ajena. Las diferentes versiones que ha dado el ínclito desde que se su nombre aparece en la lista de los patriotas de Panamá (negando la mayor), hasta que le ponen delante de los morros su firma autógrafa (si no quieres caldo, siete tazas) y dimite alegando falta de memoria, compiten en ingenio y lucidez con aquella exégesis que nos hizo la Sra. Cospedal del caso Bárcenas, aclarando que había sido “despedido indefinidamente en forma de simulación”. Además, con un grado de fanfarronería difícil de asimilar por quienes estos día nos toca ponemos al día con Hacienda. 
Pero el exministro ya se enmarañaba así cuando nos explicaba la subida del recibo de la luz cada dos meses; en su errática gestión, nunca consiguió que entendiéramos su empeño en hundir el pujante sector las energías renovables, en calzarnos el famoso “impuesto al sol” ni el fiasco que montó con el basurero nuclear de Villar de Cañas. También es cierto que otros de sus asuntos fueron muy sencillos de interpretar, sobre todo cuando nos la intentó meter doblada con su empeño de poner el germen del fracking en España y en hacer prospecciones petrolíferas en Canarias, mientras su hermano y socio, Luis Soria, se metía “casualmente” en el negocio petrolero.
Suponemos que al menos durante estos días, en los que busca consuelo y redención en las televisiones, recibirá algún mensaje de nuestro Don Tancredo particular: “Soria, sé fuerte”.