Cartas al director

Hay que mojarse

Tal vez sea esta la palabra: talismán. Pronunciada por Alberto Núñez Feijóo en su última toma de posesión. La misma encierra muchos compromisos ineludibles, como también trabajo político y una necesaria reconciliación interna y externa. Ya lo hizo hace dos meses reconociendo públicamente el daño que  nos hizo la corrupción y su tolerancia, que nos hizo perder casi cuatro millones de votos y obligados estamos a trabajar y mojarnos para recuperarlos.
Ello puede servir de guía recuperadora y reconciliadora en los venideros congresos del PP, ayudando a corregir errores y abrigar resquicios de recuperación y esperanzas, que sólo serán posibles con un partido fuerte, unido y organizado ideológicamente. Si seguimos al pie de la letra aquellas bases fundacionales y nuestras obligaciones políticas, algunas hoy en entredicho, o momentáneamente extraviadas y obligados estamos a rescatar y potenciar, cueste lo que cueste, para hacer efectivo aquel noble mandato fundacional que, muchos alegremente hoy recuerdan, pero muy pocos ayudan a cumplir o hacer cumplir.
Los errores más escandalosos ameritan revisión y si fuere necesario pedir perdón a los ciudadanos. Son ellos, la corrupción y la falta de sintonía de algunos dirigentes que, llenos de soberbia y prepotencia, se olvidaron de servir al ciudadano para servirse a sí mismos y dar rienda suelta al relativismo inmoral y ramplón, el mismo que la extrema izquierda ya tiene hoy como bandera. Paralelamente y ante este desboque desestabilizador interno. Nuestra secretaria de Organización debe actuar inmediatamente y no ver para otro lado. Así nació  y creció ese vacío peligroso entre la ciudadanía y el PP. Ello afectó considerablemente a militantes, simpatizantes y amigos, los que hoy estamos obligados a recuperar, con un trabajo político sincero y de calle, con un apego total a nuestros valores y principios ideológicos, para ayudar a fortalecer nuestro ideario y la ya iniciada recuperación económica, social y política, hoy en marcha por los gobiernos de Galicia y España con la gran ayuda  y colaboración de toda la ciudadanía, la que hoy nos ofrece une nueva oportunidad de gobernar y no podemos defraudarla. Ello nos obliga a mojarnos  administrando este nuevo mandato, con humildad, prudencia y honestidad, para mejorar nuestra convivencia, controlando y vigilando los órganos rectores del PP.  Este Congreso Nacional que se está anunciando deberá marcar un antes y un después para la democracia representativa y el importante papel que nuestro PP debe aportar a la consolidación del actual sistema democrático, hoy globalizado y valuarte primordial de nuestro progreso en libertad.
Definir nuestro camino ideológico lleno de incertidumbre y contradicciones. Debe ser la obsesión enmarcada en esa palabra mágica “hay que mojarse”, pero sin esconder nuestras siglas, quienes lo hicieron deben rectificar oportunamente para evitar malos entendidos personalistas, evitando el fantasma amenazante de  división interna y el descrédito ciudadano. En ese espejo, medio roto, no debería mirarse el PP actual.
Si, en la inteligencia y sabiduría de Mariano Rajoy para mantener este barco a flote, lo que merece no solo el respeto y reconocimiento de sus militantes, simpatizantes y amigos, también el de todos los españoles, que por distintos motivos no le votaron. Atrás quedará para la historia y los estudiosos de la política, su tozudez para no doblegarse y resistir aquel rescate inminente sobre nuestro país. Y con cuántas dificultades lo hizo, quedando mucho por hacer y entre ello, resolver la amenaza latente de Cataluña. Quienes lo acusaron injustamente hoy son demolidos políticamente, por sus falsedades y traiciones, también el pueblo español supo premiar su trabajo, dándole este nueva oportunidad al PP, para consolidar el trabajo iniciado que alumbra una nueva esperanza para Galicia y España. Solo le deseo a los dos, suerte y a D. Mariano Rajoy Brey que también guiará este nuevo Congreso del PP a celebrarse en Madrid, que de sus deliberaciones y conclusiones salgan buenos augurios y nuevos caminos. También aquellos que por el mundo y lejos de España, ayudamos a su fundación, motivación y grandeza. Hoy nos sentimos esperanzados y orgullosos del PP.