Cartas al director

¿VUELVEN LOS CORDONES SANITARIOS Y LAS TRAICIONES POLÍTICAS EN PP Y PSOE?

 La pasión política dominante del siglo XXI es la servidumbre al nuevo comunismo y sus ayatolas, los separatistas e independentistas, disfrazados de socialistas del siglo XXI. Lo describe magníficamente Albert Camus en su libro Carnets. Ello llevó a Alemania al encuentro del nazismo. Algo parecido sucedería en Rusia, con el totalitarismo que utilizó el terror para imponerse como lo describe en todas sus novelas, Anatoli Ribakov, actuemos en España hoy antes que sea tarde.


Lo más preocupante es el momento delicado y crucial de la amenaza que hoy vivimos, cuando creíamos que la aplicación del artículo 155, pondría blanco sobre negro a esa amenaza que los independentistas y sus confluencias de izquierdas, tienen años desarrollando, con la complicidad y cobardías de los dos partidos que gobernaron España los últimos cuarenta años, PP y PSOE, que antepusieron sus intereses de gobernar a cualquier precio, comprometiendo la gobernabilidad y unidad de España, entregando competencias importantes para su salvaguarda a las Comunidades Autónomas, lo que algunos utilizaron para crear sus guetos independentistas y sus cordones sanitarios, contra el adversario político. La tibieza del Gobierno actual y las contradicciones del PSOE de Pedro Sánchez, imponiendo desde ya un nuevo cordón sanitario a todos los partidos constitucionalistas. Ello nos devuelve a los orígenes y componendas del pasado que tanto daño causaron, provocando lo que hoy vive Cataluña, que creíamos que los efectos del citado artículo 155 y las próximas elecciones del 21 de diciembre, podían poner freno a sus andanzas y amenazas, pero de repente aparece el fantasma del concierto vasco, con más dinero y competencias vergonzosas, que aprobaron conjuntamente PP y PSOE, y muy pronto veremos al resto de comunidades enfadadas y con razón. Lamentablemente todo se derrumbó como decía Panchito Risse y solo queda espacio para los trapecistas políticos, expertos en saltos de rana y confusión. Los deseos regenerativos de la mayoría de españoles, fueron traicionados, una vez más ¿Qué poco dura la alegría en la casa del pobre? Sabio refrán que os traslada a esta realidad, cruda y dura.


Ello hace aflorar en el gobierno actual y su partido, el PP, más ambigüedades y contradicciones que unidos a sus complejos y cobardías, afectaron negativamente a sus votantes, los últimos años en Cataluña y País Vasco, provocando la desaparición de la escena política de valiosos y honestos dirigentes, los que plantaban cara a los nacionalistas y sus alcahuetes, negándose a ser cómplices de aquellas fechorías aberrantes. El tiempo y sus consecuencias les dieron la razón cuando creíamos que la aplicación del 155, en su efecto dominó, provocaría al retorno del PP a un nuevo horizonte de reflexión ideológico y acercamiento a la realidad, para defender sin tapujos la patria y con ello garantizar la convivencia y unidad de todos los españoles. Aparece un nuevo fantasma, o sainete provocador de discordia, la financiación autonómica y el concierto vasco. Ello abre de nuevo un peligroso camino al divorcio con el resto de comunidades que alguien debería explicar y convencerles. Ante todo este desconcierto que hacen reaparecer voces críticas en los dos grandes partidos, surge una pregunta obligada ¿por qué escondemos lo que nuestro votantes, dicen que quieren? ¿Por qué la semana pasada el PP, PSOE y Podemos, votaron juntos y revueltos en el Congreso de los Diputados y de forma negativa la iniciativa de Ciudadanos para reforzar las inspecciones de Educación en los Colegios Catalanes, donde se están adoctrinando a los niños descaradamente y es una evidencia contrastada por toda España. Tal vez ciudadanos con sus iniciativas, acertadas y verídicas les esté robando la cartera y  votantes a la vez, mientras el PP sigue su viejo esquema tradicional de lavar y esconder la ropa, lleno de complejos, para volver al pasado de gobernar sin convencer, o sin saber con quién  el cómo y para qué. Así nos va, con un pasito para adelante y cuatro para atrás...


Como y de que manera le explicamos a los españoles que todos somos iguales ante la Le, y que aquí no ha pasado nada. Cuando teníamos la oportunidad de recuperar credibilidad y apoyos necesarios para la convivencia de todos nosotros y poner orden donde impera el caos, hace años. Pero falta lo más esencial para combatirlo, la voluntad política para enfrentar los problemas y hacer pedagogía, en la calle de nuestra ideología y conquistas sociales. Con la verdad por delante es la historia que se repite como tragedia o farsa y ya lo decía en su día aquel célebre comunista, llamado Marx.