Cartas al director

venezuela necesita pacificadores, no agitadores profesionales

n  n  n A esta conclusión llegamos los venezolanos que aman a su patria y añoran su democracia, que hoy está  en peligro, luego de casi sesenta años de ser reinstalada, con muchos aciertos y algunos errores que nuestros políticos no supieron valorar, los primeros y corregir los segundos. Así caímos en las garras de una izquierda marxista, que se disfrazó de Caperucita roja y de la mano de un golpista Hugo Chávez, que fracasó y fue preso, luego sería insultado por Caldera, para que  con nuestro voto, en 1999, asaltar nuestras instituciones democráticas y someterlas a una nueva dictadura comunista convirtiendo el país en un campo de experimentos del nuevo comunismo y dirigido a control remoto desde La Habana Cuba. Mientras tanto, la tan perversa y dañina corrupción, seguía campando a sus anchas. Solo había cambiado de manos y chaqueta.
Contando para ellos con la gran colaboración de una legión de izquierdistas internacionales, como los que aportó la Universidad Complutense de Madrid (España), donde los herederos nostálgicos del comunismo y sus nietos hoy,los anti-franquistas de bolsillo, o los becados políticos de Zapatero, son los mismos que ya habían tomado por asalto nuestra educación y nuestras universidades, a la muerte de Franco, no para enseñar y educar, si para intoxicar a la juventud de su ideología marxista, llena de odio, resentimiento y ansias de venganza, con ese bagaje destructivo, llegaron a Venezuela, los Pablo Iglesias, Monedero, Bescansa, Errejón, Torres, Serrano y otros que allí fueron y todos financiados por Ayudas al Desarrollo, no para ayudar a los pueblos de América, sí para agitar a sus juventudes e las ideas marxistas. Los mismos que pretenden hacer hoy, protegiendo a Maduro y su franquicia española (Podemos). Y que los pueblos de España y Venezuela, rechazan todas sus maniobras y el concubinato político existente, que solo buscan el mismo fin y trasladar sutilmente aquella revolución de fantasía y fracasos estrepitosos a la España actual.
Así lanza hoy Venezuela un SOS al mundo libre, pidiendo ayuda para su liberación, lo que los partidos democráticos de verdad en España apoyan, sin figuras, menos Podemos y sus Mareas, o mariachis. Ellos son los mismos que se niegan a condenar los actos terroristas a nivel mundial, tal vez para esconder su nexo con la revolución bolivariana, al haber recibido millones de dólares para su financiación. Pueda que aquí esté una parte sustancial del dinero de los pensionados y jubilados de Venezuela, que ya hoy tienen año y medio que no cobran la misma. Y son doce mil en todo el mundo, su gran mayoría, su España y son emigrantes retornados a la patria, luego de años de trabajo y sacrificios. Y ser su pensión el único aval para su subsistencia en los últimos años de su vida. Mientras todo esto se desarrolla, nuestros políticos, unos ven para otro lado y otros ignoran a nuestros emigrantes por el mundo y hasta les dificultan el poder votar libremente en su destierro obligado.
Los agitadores con disfraz de pacificadores, deben sacar sus manos de Venezuela. Los Carter de ayer, o los R. Zapatero y Podemitas de hoy, ya están al descubierto, como Obama y otros que con su trabajo camaleónico, también trataron de involucrar al Papa Francisco, que hoy recibe el rechazo de sus jerarquías, cardenales y obispos en aquel entrañable y católico país. Es el sentir de un pueblo acosado por el  hambre, la miseria y la delincuencia organizada, que unido a la falta de libertad democrática, ven diariamente como sus jóvenes y no tanto, son asesinados vulgarmente, por pensar distinto. Hoy exigir en la calle la defensa de su democracia y libertad, pero como respuesta del Gobierno, solo consiguen la represión salvaje y desproporcionada de sus bandas armadas y por el protegidas. Aquí caben las sabias palabras del libertador Simón Bolivar, ya en su lecho de muerte en Santa Marta: Si cesan las intrigas y se consolida unión, bajaré tranquilo al sepulcro hoy. Y también aquel: Maldito el soldado que empuña sus armas contra su pueblo, yo le agregaría hoy: Salvemos a Venezuela, de esta barbarie que hoy la acosa.