Cartas al director

LA SOciedad civil, su aviso y circunstancias

 Lo decía en su día Marx: Las circunstancias hacen al hombre en la misma medida en que éste a las circunstancias. El aviso que dio el sábado día 7 de octubre en Barcelona, la sociedad civil fue provocado por las circunstancias que hoy vivimos y que afloran, temor y desconcierto, poniendo en peligro nuestra estabilidad  y supervivencia como nación libre y soberana, fruto de los años de trabajo y sacrificio de todos nosotros, juntos y bajo la misma bandera. Lo que para muchos resulta extraño es que una sociedad como la catalana, libre, culta, pujante y ahorrativa, haya caído en esta trampa extremista, separatista y con un disfraz de independentismo.
Fue una parte minoritaria de su extraviada sociedad civil quien depositó todo sus bagajes y confianza en manos de unos políticos irresponsables, que la fueron maniatando y adormeciendo con sus métodos totalitarios y sus desbarres anti-sistema, que tienen años vendiéndole y trufados de resentimiento, odio y rencor, bajo el lema de España nos roba y la confiscación de su propia historia fue este el inicio del asalto a la educación de nuestros hijos. Mientras, la otra gran mayoría, era silenciada y adormecida, con métodos revolucionarios y totalitarios, de acoso y desprecio, bajo la mirada perdida y complaciente del Estado español, que consintió este Proces independentista, diseñado y puesto en marcha por la oligarquía catalana y entregado a las CUPs para su desarrollo integran, mientras estos asustaban y acorralaban a la mayoría silenciosa y silenciada. Los diseñadores escondían sus fortunas mal habidas y producto de su corrupción compartida en Andorra y no pasó nada.
Hoy todo se derrumbó para el independentismo, como cantaba Panchito Ricé, el Estado de Derecho está ganando la batalla de las ideas, conciencia y el sentido común. La democracia tiene sus reglas de convivencia y quienes las violen deben ser  castigados por sus leyes. Con este bagaje y el respaldo mayoritario de la Sociedad Civil, se debe actuar y sin miedo. Las circunstancias lo exigen sin más contemplaciones, ya que el Gobierno se ha ganado de nuevo la confianza extraviada de esa mayoría silenciosa, que dijo "basta ya". No cometamos el error de caer en la trampa jaula del nuevo diálogo que para ellos, es sinónimo de rendición. Es el momento de actuar bajo la tutela de la Justicia y las Leyes. Para restablecer el Estado de Derecho, luego de este intento de golpe de Estado, donde nuestros Cuerpos y Fuerzas de Seguridad, Policía Nacional y Guardia Civil, fueron atacados y acorralados por turbas organizadas por los que disfrutan, aplauden y jalean cuando son atacados y los ven en aprietos. Qué tristeza produce ver a los vendedores de la indiferencia y ambigüedad, crear bulos y mentiras para acorralar a los guardianes de la ley, con mentiras que solo ellos se creen, para esconder sus oscuros servicios y miserias inconfesables a esta su deriva independentista. Saben que no tienen hoy respaldo ciudadano y es más, quedaron en entredicho y muy mal parados, ante esa gran mayoría social, que no está dispuesta a entregar sus sacrificios y trabajo, a unos aventureros revolucionarios, disfrazados de señores y escondidos de contrabando en nuestra democracia para destruirla, e imponer su tiranía revolucionaria.
Quienes ya vivimos una tragedia muy similar, también nos unimos hoy al manifiesto del Premio Novel, D. Mario Vargas Llosa y las  palabras llenas de realismo patriótico, del Sr.Borrell, ambos dieron una clase magistral a la sociedad civil y al conjunto de los españoles, de cómo y por qué, no debemos descuidarnos un milímetro de nuestras obligaciones y deberes.
Actuemos en consecuencia para no tener que lamentar aquellas palabras llenas de frustración y desesperanza que retumban en mi mente de emigrante, eran los paisanos que huían de Cuba, los sesenta, éramos felices y no lo sabíamos, así lo perdimos todo. A nuestros jóvenes les vendieron hoy el derecho a cuestionarlo todo, pero es el caso que no saben nada del pasado en nuestro país, los últimos cuarenta años y como llegamos a la democracia. Alguien se lo ocultó deliberadamente para venderle fantasías llenas de resentimiento, odio y rencor destructivo. ¿Y con esto podemos hacer un país de futuro? Sencillamente no. Devolvernos lo antes posible a la realidad es una obligación para sobrevivir.
Manuel Godoy dijo: "Yo no sigo partidos, sigo la senda y justa causa que sostiene a mi patria".