n n n Quiero iniciar este humilde artículo o reflexión con unas célebres palabras de Hermann Hessen, "los sentimientos y el destino son una sola cosa". Caer puede ser un descuido, levantarse es una obligación de vida o muerte. Si por alguna circunstancia no puedes hacerlo te verás obligado a caer siempre de tu cabeza a los pies y de estos al fondo del abismo. En momentos tan delicados para nuestra patria ya solo nos queda actuar con sensatez y sentido común pero sin pausa. Si de verdad queremos levantarnos de esta última caída, probablemente me quedo en esta reflexión a mi edad y luego de años de sufrimiento por defender mis ideas y convicciones de derechas. Ya poco temo perder, simplemente que me quiten lo bailado como decía un paisano que huía a Cuba, los sesenta nadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde.
Y el PP en particular por ser el protagonista principal de la situación delicada que hoy atraviesa nuestra patria. Debería revisar muchas cosas entre ellas, el comportamiento absurdo de recibir golpes y no tratar de defenderse. Es la vieja manía del PP de poner la otra mejilla, lo que lo llevó a caer noqueado hoy, así funciona la política actual, "entre traidores te veas...", viejo refrán gitano que no supimos descifrar. Todas las negociaciones con los nacionalistas solo sirvieron para envalentonarlos y revivir su separatismo pero tampoco sirvieron para mucho los acuerdos de los últimos años con el PSOE. Esta última traición del PNV pone al descubierto su falta de compromiso político con España, quienes hasta hace quince días negociaron con el PP los presupuestos, donde sacaron unos compromisos económicos y políticos obscenos respecto al resto de España. Fueron sus cinco votos en el Congreso los que traicionaron al PP y a cuarenta y siete millones de españoles y se quedaron tan panchos esperando la aprobación de los mismos en el Senado donde el PP tiene mayoría absoluta para cobrar su traición ante este vulgar comportamiento y falta de lealtad política. El PP no puede seguir este rumbo y debe actuar proporcionalmente para responder a este y otros desafíos traicioneros. Atrás quedarán para el recuerdo el haber hecho de compañero de cama en muchas ocasiones de un PSOE que traicionó a sus víctimas para bloquear a la banda terrorista ETA y ofrecernos hoy un hombre de paz, Arnaldo Otegui, mientras que nosotros tratábamos de esconder a los nuestros, que traicionados y solos lloraban a sus muertos. La tímida y traicionera posición para aplicar el 155 es una prueba más de la zigzagueante posición del PSOE. Es una espada de Damocles sobre este y el nuevo Presidente Pedro Sánchez que ya veremos como actúa en los venideros días, él y sus incómodos compañeros de viaje a "ningures".
Pero el PP debe efectuar un viaje de 180º si de verdad queremos recuperar la ilusión y esperanza de millones de españoles que ayer no votaron y hoy se sienten traicionados y también asustados por este asalto ya perpetrado y al que nosotros indirectamente contribuimos con nuestros corruptos discutidos y pactos traicioneros que no supimos descifrar y sacudirnos en tiempo y forma. Entre ellos está el acoso programado y efectuado a la familia en España, a la que dejamos sola ante el peligro extremista, luego de ser ella uno de los pilares fundacionales de nuestra organización política. ¿A qué estuvimos jugando?
Quienes están hoy más pendientes del relevo de Mariano Rajoy que del cambio de mentalidad y trabajo político de calle que abandonó el PP sin causa justificada, o por influencias ajenas a su trayectoria ideológica y fundacional. Poco o nada pueden aportar a nuestra supervivencia y recuperación política ya que cuando sonaban tambores de corrupción dentro del partido vieron para otro lado y sin mucho disimulo se pusieron del bando corrupto. Los resultados son hoy catastróficos para todo el partido, pero ellos y sus "corre, ve y dile" ya le están tendiendo la cama, solo falta saber quienes le acompañarán en esta nueva aventura traicionera con entrega por capítulos y que pronto sacarán la cartelera para la diversión de sus fans y cómplices en la sombra. Amanecer y veremos. Y tú sigue ciego tu camino, con permiso de mi aprecio: Arcadi Espada.
