Cartas al director

El amor a la patria ya fue robado con nuestro consentimiento

n  n  n Y está marcado por la indiferencia oportunista de unos y el acoso irresponsable y antipatriótico de otros, fueron los años del descuido masivo, que provocó la borrachera económica, sin muchos sacrificios y fabricaron abandono y desidia hacia las responsabilidades con la patria y la familia. Ello fue aprovechado por algunos políticos irresponsables para confundir las bondades democráticas, con su acopio personal y disgregador. Así se inicia aquel reparto de prebendas a las distintas comunidades autónomas, Educación, Sanidad, Servicios Sociales y otras. Con la primera se apoderaron de la enseñanza de nuestros hijos, con métodos y programas similares  a los del franquismo, que ellos tanto criticaron. Así engañaron a las familias y ciudadanía en general, envenenando sus mentes con sus métodos totalitarios y perversos, como España nos roba, y queremos una Cataluña independiente. Nadie, durante muchos años, salió a rebatírselo y menos a poner orden a sus locuras. Hoy estamos recogiendo sus desgraciados frutos, asustados y perplejos observamos como sacan a nuestros hijos a la calle y los utilizan de forma descarada como parachoques de sus atrocidades separatistas y lo más triste, junto con anarquistas, okupas, comunistas, separatistas y mafias oportunistas, dispuestas a sacar rédito de este disgregador desbarajusta.
De aquellos polvos estos lodos turbulentos que hoy vivimos, que ya no admiten titubeos o ambigüedades justificativas como el tu mas o el yo no fui. Lo que plantea Cataluña hoy es una aberración que conspira abiertamente contra la voluntad de cuarenta y siete millones de españoles, que deberían decidir democráticamente, que quieren hacer con el destino de su patria y no que dos millones de catalanes decidan por su cuenta y riesgo nuestro destino. Son los mismos que aceptaron y celebraron aquel aparteis discriminatorio del voto, nuestros emigrantes por el mundo y se quedaron tan panchos.
Quienes sentaron las bases de nuestra democracia, con aquella modélica Transición del 78, fueron políticos que apartaron sus sentimientos partidistas para buscar un consenso y la pacificación de la patria, luego de cuarenta años de dictadura. Su ejemplo e  historia política, conjuntamente con el desarrollo económico que está vigente hoy y todos disfrutamos, creo que muy pocos se atreven a cuestionar, salvo aquellos que intentan devolvernos al pasado. Unos con su Frente Popular de antaño y los otros con su España nos roba. Ello en estos últimos treinta años los envalentono y lleno de cinismo, para pretender hoy ser nación y nos amenazan, sin contar para ello, con los mecanismos necesarios y legales, precisamente son estos y las leyes vigente. Quienes les están dando respuesta a sus veleidades y abusos, con prudencia firmeza y proporcionalidad que deberemos respaldar, hasta las últimas consecuencias. Para rescatar el amor a la patria en todo su esplendor, que es la tares pendiente de todos los españoles, capitaneamos por esa mayoría silenciosa que ayer callada, hoy no aguantamos más y saldrá a la calle o a donde haga falta para defender su honor e historia que es patrimonio de todos los españoles.
Rectificar errores, complejos y cobardías que fueron aprovechados por separatistas y filo-comunistas para intoxicar a nuestros hijos de resentimiento, odio y rencor hacia su propia y común patria y bandera. Siguen escondidos en su farsa retórica y provocativa, los que ellos mataron y provocaron aquella cruenta guerra civil. Los escondieron para seguir haciendo apología del terrorismo en sus fundaciones y a cara descubierta. ¿Qué miedo puede producir las de Franco hoy? Tal vez despertar la conciencia adormecida de esa mayoría silenciosa de españoles para salir en defensa de la Patria, hoy en peligro. Debe ser la tarea de nuestro presidente sin complejos y cobardías. Tal vez aquí la trayectoria del PP o las confusas palabras de De Guindos, se parecen y mucho a las del Papa Francisco, por inoportunas, mientras sus votantes que muchos recuerdan y no olvidan, siguen huérfanos. Cataluña y Meirás hoy, se sigue pareciendo a la Cruz del Castro de Vigo. Quien tenga memoria que recuerde, inclusive a Gloria Lago y su decepción lingüística. Caballero seguirá siendo el Rey en Vigo, si seguimos ese tortuoso camino.