Cartas al director

La estrategia desestabilizadora de una izquierda sin rumbo

nnn Por sus hechos los conoceréis. España es el problema . Europa, la solución. Fueron las sabias palabras de Ortega, que hoy ya irrumpen en la mente de quienes son conscientes del difícil momento que España vive. Que obligados estamos a analizar y buscar juntos una solución que la mantenga unida y fuerte ante las amenazas de sus enemigos internos y externos, que pretenden hoy desmarcarnos del camino diseñado y recorrido, los últimos años, que tanto nos favoreció y ayudó. Tal vez debemos meditar. ¿Qué busca en todo ello la extrema izquierda, qué nos propone, con su populismo demagógico y vacío de realidades contrastables? ¿Cómo endeudarnos y no pagar para seguir viviendo del cuento?
Los desajustes ya vividos por Chipre, Irlanda, España y Portugal, ayer y hoy, Grecia, que se fueron saldando favorablemente, aplicando medidas correctivas y el sentido común para mantener a una Europa más unida y fuerte, que debe velar por la salud económica, social y política de sus estados miembros, todo ello, es garantía de bienestar que hoy todos disfrutamos. Pero una sustancial parte de la extrema izquierda pretende ignorar la realidad y buscan, en el descontento de muchos ciudadanos que sufrieron directamente las consecuencias de los ajustes necesario, el enfado de unos y la complicidad de otros, como es el caso de Grecia hoy. Para desarrollar su filosofía comunista de ultratumba, y  totalmente contraria a la Comunidad Europea, que fueron sus hijos, quienes facilitaron este milagro que todos disfrutamos pero algunos, no solo lo ignoran, aspiran también a su destrucción.
Y es Podemos en España, hoy con una serie de cómplices escondidos en el anonimato, unos dando la cara y otros, quienes proyectan, esta deriva, ya iniciada por sus compinches en Grecia. Que es un coletazo de la revolución bolivariana de hoy y la cubana de los Castro de ayer. Su fracaso estrepitoso, lo tratan de opacar y minimizar, ayudados por la cobardía de unos y la alcahuetería de algunos medios de Comunicación que juegan a la ruleta rusa. Mientras sus acólitos y compinches ya lograron engañar a muchos ciudadanos el 24-M y hoy los delatan sus actuaciones inmediatas que, lejos de buscar soluciones, a los problemas acuciantes van a lo suyo y se sacan la careta, para desarrollar, sus ambiciones económico ideológica y totalitaria comunista.
Syriza y Podemos son las dos caras de este desastre amenazante. Los primeros asoman su rostro al abismo y hoy llevan a su Grecia a la autodestrucción, y solo los salvarán los sacrificios de sus ciudadanos. Los que ya España cumplió en su día y tanto crítico, la izquierda, llegando al extremo de llamarlo austericidio. Lo que no pueden negar, es los efectos positivos, que hoy asoman, como evidentes. Pero, qué dirán, los segundos, de los deberes que Grecia hoy debe cumplir. Buscan en la rama de los árboles el dinero para sufragar sus demagógicas ocurrencias populistas, así ya terminaron con la confianza de aquellos que creyeron todas sus promesas populistas y se echaron a dormir. Hoy se despiertan con una pesadilla que los obliga a vivir la realidad que esta globalización mundial le impone para sobrevivir y además le indica que sin esfuerzo, trabajo y sacrificios compartidos, será muy difícil acceder. Todo ello, ya nos obliga a todos a conservarla y mejorarla, castigando y corrigiendo los errores que sin duda los hubo y no fueron pocos.
Diciembre está a la vuelta de la esquina y puede y debe ser sin duda el momento oportuno para sacarnos de esta incertidumbre, o puede convertirse en una pesadilla, sólo hace falta claridad política y trabajo solidario para quien hoy no lo tiene. Rectificando y corrigiendo los errores cometidos que a esta incertidumbre nos trajeron, incluyendo el pedir perdón a los ciudadanos. Ello nos devolverá aquella confianza perdida y el retorno a casa de aquellos que confundidos se alejaron. Tal vez esté aquí la clave, para contrarrestar esta estrategia de confusión populista y engaño ciudadano. Manos a la obra, Sr. Presidente, el tiempo y la paciencia se agotan.