Cartas al director

Galicia un polvorín

 Vivimos sobre un polvorín; en 2006 las Rías Altas y las Rías Baixas quedaron incomunicadas por los fuegos, cortadas las líneas férrea, la Autopista y la Nacional; conductores de la AP-9, rompieron la mediana de hormigón para poder dar la vuelta y huir del lugar, comarcas enteras de tiñeron de negro, y fallecieron 2 personas.
Gobernaba entonces Zapatero en España y el socialista Touriño con ayuda del BNG en Santiago, en aquellas fechas, algunos gobernantes de la Xunta acusaron de los fuegos al PP. En estos años posteriores los conselleiros del ramo, ofrecían balances optimistas a principios de septiembre, cuando normalmente septiembre y las primeras quincenas de octubre suelen ser secas y cálidas, después claro se producen oleadas de incendios y los datos triunfalistas facilitados por los políticos de turno se desbaratan. Ocurrió ahora, el año pasado y casi todos los anteriores. Quizá si hubiese más personal limpiando los bosques, y plantando árboles en los montes públicos (con la cantidad de paro que hay) y se sancionara a los particulares que no limpian los suyos; si hubiera más personal vigilando  ante posibles conatos de fuego, y muy importante, se cambiase el tipo de bosque gallego, basado el 80% en apilar "pinos bravos" y "eucaliptos" por doquier, si se contase además con un servicios contraincendios "público" no privado, "suficiente y permanente", si hubiese penas más duras contra los incendiarios y pirómanos y si los que están fichados por esa causa, pero en libertad se tuviesen que personar en el cuartelillo todos los días de alto riesgo de incendio, y por último,  si se educara a la población en el respeto al medio ambiente, y no empujarles a consumir y fagocitar los recursos naturales del planeta, entonces estaríamos afrontando de verdad el problema. 
De momento, dentro  de un mes nadie se acordará de la tragedia, salvo los directamente afectados, los que han perdido a sus familiares, o sus patrimonio y mientras, la vida sigue igual.