Cartas al director

templos de a ramallosa

En aquellas columnas de "Diálogos del Val Miñor", en la que yo colaboraba, bajo la dirección de Juan Miguel L. Medina, cuyo domicilio figuraba en la calle Manuel Lemos nº 22 en A Ramallosa. En el año 1865, el notario del ilustre colegio de La Coruña, con residencia en A Ramallosa, Domingo Fernández y Costas, y los hermanos, ambos sacerdotes y vecinos de esta villa, Manuel y José, el primero cura ecónomo de esta parroquia de San Pedro y el segundo, cura de Santa María del Rosal, que habiendo sido necesario trasladar a otro punto la capilla,   que con advocación de los Santos  Mauro y San Campio, continúa al nuevo puente que se ha construido para comunicar Baiona y Nigrán, y para que el tan estrecho puente románico no fuese usado para el tráfico pesado, que más tarde serviría como acceso  a instalaciones de vías para el tranvía.
Ambos sacerdotes habían heredado de su tío, el también sacerdote Francisco Antonio, abad de Couso de l aparroquia de Gondomar, fallecido en 1847, el lugar a labradío y viña sito en A Ramallosa de unos siete ferrados que linda al norte con la carretera de Baiona que conduce a Vigo, al sur con el mismo río Miñor y cuyo valor se le consideró en su día de 3.000 reales.
Ambos como herederos y sucesores de la finca, por si y en nombre de sus herederos y sucesores, entre los que me encuentro yo, ceden a favor del Santuario de San Mauro y San Campio, solo para uso y servicio de la mencionada capilla, mientras esta exista en dicha ubicación; en el momento en que esta se trasladara o urbanizase dicho terreno, automáticamente pasaría a ser propiedad de la familia Besada, la cual está registrada en 1865 con el número de Protocolo  145.
Motivo por el que solamente la familia Besada tenía el privilegio de poderse casar en dicha ermita. El crucero que está situado delante de la mencionada ermita, tenía unas verjas de hierro forjado con dedicación especial a la mencionada familia. Sabemos un poco  más de la capilla de San Mauro y San Campio.