Cartas al director

Novísima crónica negra de playa América

Una de las muchas paradojas y desconcertantes contradicciones, que se vienen produciendo todavía en algunas poblaciones turísticas, como en nuestra hermosísima playa América, es que los políticos sagaces que nos hemos regalado, todavía no se han enterado de que el fenómeno turístico es una de las principales fuentes de ingresos y crecimiento poblacional, representando hasta hace muy poco tiempo, el 10% del PIB nacional, dando trabajo a más de dos millones de personas, cerrando Galicia el año pasado con un récord de 4,9 millones de visitantes. La ocupación en el Val Miñor siempre ha sido extraordinaria, rozando este año casi el cien por cien.

Con estos datos a la vista, y teniendo en cuenta el gran tirón turístico que poseen nuestras playas, acreditanto durante muchos años, nuestra clase política, debiera prestarle más atención y todo su esfuerzo, para erradicar tanta desidia de-nigran-te que se viene arrastrando año tras año, por la ausencia total de gestión.

Y es ahora, cuando los veraneantes ya se han despedido de vuelta a sus lugares de origen, resulta provechoso y muy positivo, hacer balance de muchas cuestiones que debieran subsanarse con urgencia, para mejorar todos los elementos y servicios que beneficiarían a propios y extraños y, desde luego, motivarían a muchos a residenciarse en estas zonas.

Aunque sea sucintamente, intentaré enumerar a título de ejemplo, aquellas circunstancias o problemas que no debieran existir para que playa América fuera todo un éxito para el atractivo y progreso turístico.

Puerto pesquero de Panxón:

Este lugar tan emblemático e importante para la zona, con constante movimiento de embarcaciones deportivas, recreo y pesqueras, con la relevancia añadida del club náutico situado sobre el muelle, presenta una necesidad urgente para su remodelación, adquiriendo un nuevo diseño que recoja los distintos interese que confluyen en este espacio: el turístico y el náutico. Para lo cual, resulta imprescindible vaciar de vehículos de motor  a la superficie marítima, que la asfixia y la hace intransitable. Tal es el agobio de lo comentado, que existen incluso conches a diario aparcados ocupando en su totalidad, la rampa de acceso al mar exclusivo de los barcos, ocurriendo en ocasiones, que tienen que intervenir el personal de la policía local al objeto de rescatar algún automóvil que lo arrastró la marea inundándolo de agua. Asimismo resulta insólito, el espectáculo que se les ofrece a los que tienen la idea de utilizar los servicios hosteleros que proliferan en la zona, pues en vez de disfrutar de las bellezas naturales de tan singular bahía, se lo impide el muro pantalla de chapa monótona incrustada en las proximidades de las mesas de las terrazas.

Aunque no desconocemos que la tarea para acometer el cambio propuesto, no resulta fácil, pues tendrían que ponerse de acuerdo distintas administraciones, tampoco se pueden obviar las grandes ventajas que ello supondría. La solución para limitar la presencia de tanto vehículo, vendría dada con la colocación de una barrera cuya apertura la podrían utilizar solamente aquellos interesados que justificasen debidamente su necesario acceso al puerto, como propietarios de plaza de garaje, servicios a los barcos, etc. etc.

Creemos que los responsables del Ayuntamiento, tienen que incluir en su agenda de trabajo este importantísimo reto que ofrezca una nueva oportunidad para rediseñar un moderno y útil puerto pesquero.

Las Dunas:

Como amante de la naturaleza, me tiene que parecer inmejorable la idea de disfrutar del privilegio de mantener un sistema dunar poblado de aves genuinas de este lugar, así como sus plantas y flores que nos proporcionan este natural ecosistema próximo a la playa, pero la terca y triste realidad hoy, es la que nos ofrece y exhibe un hábitat desolador, en el que lo único que se puede divisar es un paisaje en pleno abandono, y un secarral de plantas calcinadas, aderezadas con toda suerte de suciedad en su entorno. Y para aumentar un cierto masoquismo, todavía se convoca un concurso fotográfico que versaba sobre tales “excelencias”, saliendo premiada la que reflejaba el autóctono y tiempo pardal, posado sobre unha ponliña da invasora heva da pampa. ¡Qué hermosura! Pude oír muy cerca  la voz de un paisano transeúnte susurrando: “isto está deixado a monte”.

Pese a que los incrédulos paneles informativos aluden a las variedades de las especies de la fauna avícola que pueblan el lugar, como el Picapeixe, Pillara das dunas, etc, solamente acerté a adivinar la presencia da Gaivota Chorona, que contagiándose del ambiente y haciendo gala a su nombre, sí que choraba, vertiendo sentidas y amargas bágoas.

El punto en el que se origina el principal embudo, posiblemente por su angostura, se sitúa debajo del puente próximo a la Avenida de Playa América, al embalsarse todo tipo de detritus, restos vegetales, plantas acuáticas, aves muertas, etc. produciendo todo ello un cóctel de agua pestilente e infecto contagiosa, que vierte a la playa, con todas las consecuencias antihigiénicas que conlleva la existencia de este albañal.

Ya el año pasado, se repitió el mismo episodio con resultados nefastos para los bañistas, de lo que puntualmente dio cumplida cuenta la prensa, aún cuando el Concello lo desmintiera.

El denominado Río Negro, de escaso o nulo caudal de agua que discurre paralelo a la Avda. CAstelao, cuyo cauce se encuentra totalmente cubierto y taponado por una numerosa y variada flora, que lo hacen invisible al observador.

Río totalmente opaco y negro, muy negro…

Y por seguir hablando del agua, tendríamos que mencionar un vertido permanente de aguas residuales a la playa, situado a la altura del restaurante J.R., en el que la grey infantil se divierte en este encharcamiento, chapoteando sobre estas aguas, tan sucias como contaminadas.

El Faro:

En la Avda. de Castelao, existe un edificio-faro con amplias dependencias, que desde el año 2007 en que fue inaugurado, se encuentra lamentablemente cerrado y en constante deterioro, al no ser utilizado para ningún cometido que se sepa ¿no se le podría dar algún destino aunque solo fuera artístico u ornamental, para que el tal, brillara con luz propia?

Aceras y Bicicletas:

Las aceras del litoral playero preferentemente, llegado el tiempo estival, se encuentran literalmente tomadas por veloces ciclistas, que dificultan peligrosamente el tránsito peatonal, todo ello agravado por la ambigüedad y torpeza del diseño y pintado de las señalizaciones horizontales. Ante tamaño desmadre, el sufrido peatón, se ve forzado a cederle la acera a estos intrépidos deportistas, constituyendo esta circunstancia una irracional anomalía, en detrimento del feliz y buen orden que debe predominar en todos los paseos.

Tamaño casos circulatorio, encuentra su solución, en la lógica habilitación de ciclovías independientes y protegidas, que eviten el eterno pugilato entre la máquina y viandante, así como vigilancia para que se cumplan y respeten todas las normas sobre el particular.

Servicios de Salvamento y Socorrismo:

Aunque alguien pueda pensar que es una cuestión menor, habría que recomendarle a los componentes de este servicio tan valioso de playa, que cuando utilicen la megafonía para sus comunicaciones, reduzcan la intensidad de sus decibelios, pues sin proponérselo, consiguen que los bebés se despierten llorando sobresaltados y que el resto, ante tamaños pitidos, levitemos sobre el arenal.

El Puente Románico:

Siempre me llamó mucho la atención, que le Puente Románico, que no romano, de la Ramallosa-Baiona, que data del siglo XIII, y es una joya medieval sobre el río Miñor, funcione y cubra el trámite de marcar y precisar la finísima línea divisoria fronteriza entre Nigrán y Baiona. A este puente, le otorga un singular realce el cruceiro con la imagen de San Telmo, que lo remata una cruz.

Una vez situados en este escenario, la noticia para algunos puede ser inverosímil, consistiendo ésta, en que los ocho primeros arcos empezando por el sur, pertenezcan al municipio de Baiona, y ya lo más impactante, llega dejándonos boquiabiertos y cariacontecidos, al enterarnos de que los brazos de la cruz del susodicho cruceiro, se los reparten entre los concellos de Nigrán y Baiona, dependiendo de la orientación de estos. Es decir el de la izquierda pertenece a Nigrán, y el derecho lo administra Baiona.

Así sucedió hace unos meses, que unos vándalos rompieron y cayendo posteriormente al fondo del río, el brazo derecho de la citada cruz, y allí permaneció hasta que se dilucidó cuál de los Ayuntamientos en pleito, tenía que reclamar su territorialidad para verificar tal arreglo.

¿No se podría adoptar una solución racional, a este tipo de problemas tan pintorescos?

Creo modestamente, que se debería dar por zanjado tan rocambolesco enredo, aplicando la Ley 5/1.997 de Administración Local de Galicia, que regula las divergencias en el deslinde entre entidades locales, y modificar los límites territoriales, con la finalidad de adecuarlos a la realidad, corrigiendo tal disfuncionalidad territorial, como preceptúa el Art. 12,4º de la mencionada ley.

La ciudadanía pide y reclama con la máxima urgencia, a la clase política, que superando los viejos y anacrónicos conceptos de derecha e izquierda, resitúen toda su actividad y gestión dentro del rigor que demanda la Ciencia Política, para que todo su quehacer, se dirija siempre a su única meta, que necesariamente tiene que ser,el bien común.