En un mundo democratizado por el ruido en todas sus vertientes, encontrar un reducto silencioso es una misión titánica. Ruido físico 24 horas al día.
No importa si vivimos en ciudades grandes o pequeñas, el respeto al individuo de al lado ha pasado de moda y podemos gritar, poner música/tv, y montar escándalos sin que ello suponga algo más que una llamada al timbre. Ruido digital intrusivo.
Nacido en prensa, radio y televisión, ahora es un incesante ataque a nuestros sentidos porque las empresas “saben” muy bien lo que quiere su cliente potencial. Citando a Sabina: “tanto y tanto ruido”.
Por eso, seguiré a la caza del silencio, porque mi mente también merece un descanso.
Buscar
A Fondo
Servicios