Partiendo de la premisa de que la Policía Municipal está para multar a la gente que aparca donde no debe, tengo que decir que hay momentos y lugares a los que se debería tener un respeto y un poco de comprensión. Ayer por la mañana, Día de Todos los Santos, donde la mayor parte de vigueses se ha acercado al cementerio de Pereiró a honrar a sus difuntos, llevar flores y limpiar los nichos, y donde es prácticamente imposible aparcar, la Policía Municipal se dedicó a multar a toda una hilera de coches que no entorpecían el tráfico, aunque sí, efectivamente estaban mal aparcados.
Al pedirle al agente un poco de comprensión, no solo no la tuvo, sino que nos indicó que deberíamos aparcar donde pudiéramos, como si teníamos que hacerlo a unas cuantas manzanas, cargadas con flores, utensilios para limpiar, etc. Además, el acceso a Pereiró estaba cortado, el motivo, se me escapa, pero eso dificultaba aún más el estacionamiento.
El agente nos dice, además, que si tenemos alguna queja que la remitamos al Concello de Vigo para que pongan más zonas de aparcamiento público, sobre todo en días tan señalados como este.
Además, la multa en cuestión, asciende a doscientos euros. Vamos, que se han puesto las botas.
