Cartas al director

Mesianismo

n  n  n El mesianismo, como concepto teológico, fue un invento de los judíos. Es la creencia en la llegada del Mesías, que liberará al pueblo judío instaurando un nuevo orden basado en la justicia.
Cuando los Padres de la Iglesia Católica, allá por el siglo IV alcanzaron el reconocimiento como religión dentro del imperio romano, iniciaron un antijudaismo muy cruel. Para ellos El Mesías había llegado. Y los judíos no solo no lo vieron sino que participaron en su muerte. Por ello fueron condenados al castigo eterno como pueblo. Fueron declarados “pueblo deicida”. San Juan Crisóstomo, Padre y Doctor de la Iglesia, ha dejado nada menos que ocho extensas homilías contra los judíos. Escritas en el año 387 E.C., tituladas Adversus Judaeos (Contra los judíos) se puede destacar el siguiente fragmento: "Mi verdadera guerra es contra los judíos... los judíos han sido abandonados por Dios, y por el crimen de este Deicidio no hay expiación posible."
En el Oficio de la Semana Santa durante siglos, en las ceremonias del Viernes Santo, se invitaba a los fieles católicos a rezar el pro perfidis Judaeis. En la oración que aparece en el Misal de Trento o Misal Romano o Misal de San Pio V, se puede leer: "Oremos también por los pérfidos judíos, para que Dios Nuestro Señor aparte el velo de sus corazones, de modo que ellos también reconozcan a Cristo Nuestro Señor. Omnipotente y sempiterno Dios, Tú que no excluyes de tu Misericordia ni siquiera a los pérfidos judíos, escucha nuestras preces, que te dirigimos por la obcecación de aquel pueblo". Hubo que esperar casi 1.572 años, el 21 de marzo de 1959, para que el papa Juan XXIII emitiera una orden por la que se prohibió el rezo del Oremus pro perfidis Judaeis en las iglesias de Roma. Pero la oración primitiva, “oremus et pro perfidis judaeis” quedó reducida simplemente a “oremus et pro judaeis” eliminando el adjetivo “perfidus”. Actualmente se reza así: “Oremos, también, por los judíos. Para que nuestro Dios y Señor ilumine sus corazones a fin de que reconozcan a Jesucristo, Salvador de todos los hombres. Dios omnipotente y eterno que quieres que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad, concede propicio, que entrando en tu Iglesia la plenitud de las naciones, todo Israel sea salvo”.
Es un hecho que el relato teológico católico-protestante necesita del relato teológico judío...pero el relato teológico judío no necesita del relato católico-protestante. Es un hecho que los judíos podían cuestionar teológicamente a los católicos-protestantes y esa es la razón única de la persecución que sufrieron los judíos cuando el catolicismo-protestantismo formó parte de los Estados. Así una cuestión teológica pasó a ser una cuestión política. Ellos la presentaron como el problema judío...cuando en realidad fue un problema de los católicos-protestantes. Ellos fueron el problema.