Cartas al director

a don manuel quintas vergara

Apreciado amigo: Hace ya unos días que te fuiste y, recordándote pienso que en el sitio donde estés, seguro que rodeado de buenos amigos, alguno te pedirá que con tus sabias manos realices una escultura, como tantas que has dejado hechas en la tierra. Partiste de un momento para otro, sin decir nada, pero en tu obra nos dejaste la esencia de tu forma de ser. Recuerdo como te conocí. En mi día a día de tantos años en la Asociación Protectora de Animales siempre recibiendo a los abandonados, llegó a mis manos un perrito muy viejiño, un socio lo recogió a la puerta de una casa fuera de Vigo, insistió mucho... le daba mucha pena, quería que yo lo cuidase, el canciño me miraba y parecía que quería decirme algo... y ese algo me lo dijiste tu que te presentaste con la Guardia Civil a las pocas horas al no encontrarlo, como estaba siempre tomando el sol plácidamente a la puerta de tu casa, era tu mascota, tu fiel viejo amigo al que los años hacían parecer decrépito, pero que vivía feliz contigo. Hablamos y me dijiste que eras escultor. A mí, recientemente me habían invitado a la inauguración en Moaña de un monumento al animal abandonado y se me ocurrió pedirte uno para Vigo, inmediatamente accediste. Fui varias veces a tu taller, con un compañero de directiva, y vi como poco a poco fuiste transformando con tus manos de extraordinaria pericia, aquel trozo de piedra en la figura de un perro y luego también de un gato. Una mañana recorrimos contigo la totalidad de tu obra, nos la ibas explicando con toda naturalidad, la que más me impresionó fue la del cazador, dedicado a tu padre, a la que diste forma con materiales increíbles. Cuando terminaste nuestra escultura, con tu manifiesta generosidad, tú mismo te encargaste de la instalación en la puerta de la Protectora. En una de las tradicionales cenas anuales de celebración del Día Mundial de los Animales, te hicimos nuestro homenaje de agradecimiento. Amigo, con todas estas palabras con las que me he dirigido a ti, además de darte mi despedida, quiero contar a la gente tu faceta de amante de los animales y como tu viejo perrillo se volvió loco de alegría cuando lo viniste a buscar.