Cartas al director

Los planes de pescanova

n  n  n La matriz Pescanova ya salió del concurso de acreedores en Junio, pero pasan los meses y los accionistas minoritarios de la AMAP seguimos muy preocupados por nuestro futuro en la empresa. Aunque hay un convenio de acreedores aprobado, a día de hoy desconocemos los verdaderos planes de la banca sobre el apartado que se refiere a la reestructuración del grupo Pescanova. En Marzo, la empresa presentó un convenio en el juzgado de lo Mercantil de Pontevedra que, desde el primer momento, creó un gran descontento entre los principales acreedores, el llamado grupo G-7 de bancos, por no reflejar fielmente los acuerdos alcanzados entre dicho grupo de acreedores y el Consorcio (DAMM-Luxempart) pocos días antes. 
Desafortunadamente, las diferencias entre los intereses del grupo G-7 y el Consorcio retrasaron cualquier posibilidad de enmendar el convenio y al final este fue admitido a trámite con apenas pequeños cambios exigidos por el juez concursal Roberto de la Cruz. Cuando finalmente las posturas se acercaron en favor de la supervivencia de la empresa, el juez concursal ya no pudo permitir grandes modificaciones del convenio de acreedores en cumplimiento de la ley concursal. Los únicos cambios que el juez permitió se limitaron a la pérdida de los privilegios que el Consorcio DAMM-Luxempart había reclamado para sí mismo. La AMAP echa en falta que nunca se hicieran públicos los verdaderos acuerdos iniciales entre el grupo G-7 y el Consorcio. Por eso, los accionistas minoritarios no podemos conocer que es y que no es de especial interés para la banca entre todo lo escrito en el convenio de acreedores. En particular, nos interesa conocer cuáles son los planes de la banca en temas como la formación de una nueva sociedad limitada, Nueva Pescanova SL, que no cotizaría en bolsa o la participación de la banca en una futura ampliación de capital teniendo en cuenta que los dividendos no se empezarían a cobrar hasta finales de la próxima década según el plan de viabilidad adherido al convenio. Es decir, la AMAP no entiende por qué a la banca le podría interesar más inyectar dinero en el capital social de una sociedad limitada y a cambio de unos dividendos muy inferiores en cuantía a los intereses que recibiría por un préstamo normal. Además, la empresa lleva meses funcionando perfectamente sin la necesidad de esos 185 millones de euros para 2014 que planteaba el plan de viabilidad de PwC hace ya un año. En cualquier caso, y en beneficio de la empresa, una inyección de dinero fresco podría obtenerse simplemente con una ampliación de capital entre accionistas una vez que la matriz volviese a cotizar y se le pudiese dar a nuestras acciones un precio de mercado. Por otro lado, la banca no necesita entrar en el accionariado para asegurarse que el convenio se cumpla a su favor pues para eso ya hay una comisión de vigilancia presidida por Jacobo González-Robatto. Y el hecho de crear una sociedad limitada y vaciar a la matriz Pescanova SA de su patrimonio impediría completamente la futura posibilidad de obtención de dinero fresco de inversores y esto claramente iría en contra de los intereses de la empresa y su funcionamiento normal. Por todo ello, la AMAP pide una reunión con la comisión de vigilancia para conocer los planes actuales de la banca en lo referente a cualquier cambio estructural de la empresa y cómo nos afectaría a los accionistas minoritarios.