Cartas al director

la vacunación, una de las prácticas que más vidas salva

Desde la Sociedad Española de Inmunología queremos hacer llegar nuestra preocupación sobre la gran irresponsabilidad que supone poner en cuestión las vacunas en pleno siglo XXI, como lo ha hecho una representante española en el parlamento europeo.
La vacunación, es junto a las mejoras en la higiene, tratamiento de agua y antibióticos, una de las  prácticas médicas que más vidas salva en el mundo, así como evita las secuelas que las enfermedades infecciosas producen. Ha permitido erradicar de forma global a una enfermedad con una tasa de mortalidad muy alta como era la viruela, y se está próximo a hacerlo en muchas otras, como la poliomielitis, en el que sólo quedan actualmente 3 países con polio endémica, gracias a la vacunación frente a esta enfermedad.
Es realmente paradójico, que si ha sido gracias a las vacunas el que estemos casi todos nosotros hoy aquí y vivos, se ponga en cuestión una de las prácticas médicas que más estudios lleva a lo largo de la historia, con evidencias científicas de su utilidad, su amplio consenso social, y que nos ha permitido evolucionar como sociedad avanzada. Sus ventajas supera en millones las posibles desventajas que las vacunas pueden tener, y la evidencia es tan abrumadora, que es difícil entender que alguien la pueda poner en cuestión.
La mayoría de las vacunas son gratuitas, pagadas por los gobiernos, que aseguran así la protección de la población frente a una gran variedad de patógenos, o por diversas fundaciones filantrópicas y asociaciones globales que están ayudando a distribuir las vacunas por todo el mundo, con especial énfasis en países en vías de desarrollo. La disminución en la mortalidad infantil y secuelas que muchas enfermedades les producían, es lo que está permitiendo avanzar a estos países.
A las personas que reniegan de las vacunas, les diría que se informen adecuadamente y que no pongan en riesgo la vida de sus hijos y de ellos mismos. Se ha perdido el miedo a muchas enfermedades en los países occidentales que parecen del pasado: difteria, tétanos, poliomielitis, pero los patógenos siguen estando, y el cerco al que se ha sometido a estos patógenos gracias a las vacunas, se está rompiendo por las familias que deciden no vacunar a sus hijos. Noticias como la muerte de un niño de difteria por negarse sus padres a vacunarlo, casos de tétanos que hacía 30 años que ya no se veían, o muertes de personas con sarampión cuando se pueden prevenir con una vacuna, son sólo algunos ejemplos de la irresponsabilidad, ligereza y desconocimiento con la que algunas personas están actuando.
Esto es aún más grave si quien siembra dudas sobre las vacunas son representantes políticos, como lo planteado por la parlamentaria que afirma que no se ha podido demostrar la seguridad de las vacunas. El control al que se someten las vacunas es exhaustivo, ya que se administra a personas sanas, y los efectos secundarios son mínimos, como se lleva viendo desde hace siglos en el que las vacunas se llevan administrando.
Los patógenos (virus, bacterias, parásitos, hongos) están ahí, lo han estado y lo seguirán estando en el futuro, y debemos poner todo el arsenal posible para evitarlos, siendo la vacunación la mejor forma de prevenir las enfermedades que producen, evitar secuelas y muertes. La vacunación es uno de los grandes logros de la humanidad, es un hecho incuestionable.