Cartas al director

Ponga un jaguar en su vida

 “Existen dos maneras de ser feliz en esta vida, una es hacerse el idiota, y la otra serlo”  (Sigmund Freud)
Para cuatro días que vivimos, dese el gusto de disfrutar de un Jaguar. No desprecie el regalo de un amigo. A caballo regalado, no se le mira el diente. Y si es caballo ganador, mejor que mejor. No tiene por qué dar explicaciones al vecino envidioso. Máxime, cuando ni siquiera su abnegada y cegata esposa lo hará. Bastante tarea tiene la pobre con archivar sus propias facturas de gastos personales. Facturas últimas, ya que éstas no existían antes de la  llegada con Internet.
Antes de la revolución informática, el aventajado abacero acostumbraba a hacerle las cuentas sobre papel de estraza en el que garabateaba, con la mano diestra, números ilegibles con un lápiz de carpintero. Y mientras la incauta intentaba descifrar aquel jeroglífico, el astuto tendero, con su mano izquierda, incrementaba el peso de la báscula.
Agradézcale a su esposa su no intromisión en los asuntos monetarios que a usted le proporcionan ingentes ingresos, agasajándola con viajes al extranjero y homenajeando a sus hijos con magnas fiestas de cumpleaños. Amigo, a usted le ha tocado el gordo de la lotería, sin haber jugado. Está casado con una mujer que no le fiscaliza, una mujer que, a diferencia de la mayoría de esposos de este país, no se entera de sus andanzas. Y si alguna vez, por despecho de haberla abandonado por otra mujer más joven, le incrimina judicialmente, porque un malévolo fiscal la imputa de un delito de participe a titulo lucrativo de los ingresos que usted haya obtenido, puede usted estar tranquilo y continuar viviendo su vida loca. La sociedad le absolverá.
Y le absolverá por cuanto en este país somos así. Generamos, a través de las urnas, ministros de hacienda que defraudan al fisco y se auto subvencionan, líderes nacionalistas que se llevan la oscura pasta a la vecina Andorra, fuera de su amada nación. Es nuestra Marca España.
Si se ve obligado, porque le han pillado metiendo mano donde no debiera, a declarar ante un juez, emule a su ex esposa, no sea idiota y hágase el idiota. Manifieste ceguera temporal, ya que no comparecerá con bastón y perro guía. Y será usted feliz, como flores que florecen,  como la Chiquitita de Abba, pero circulando a toda mecha al volante de su Jaguard. No se aflija, una puerta, por mucho que se encuentre en una prisión,  si se cierra, también se abre.