Cartas al director

la guerra que no cesa

n  n  n “La represalia contra el terrorismo no trae la paz. Hay un atacante suicida, una represalia y luego una contra-represalia. Y simplemente sigue y sigue”. (Desmond Tutu, clérigo sudafricano, premio Nobel de la Paz 1.984).

El reciente atentado terrorista en Barcelona, amén de entristecerme, de llenarme de rabia, me ha retrotraído a un soliloquio mío (“Big Brother”) que guardé en mi archivo, a raíz de los atentados de París en enero de 2.015 a la revista “Charlie Hebdo”.
Nada ha cambiado desde entonces. Y mucho me temo que se repetirán actos de terrorismo si no somos capaces de encontrar políticamente la solución diseccionando las raíces del problema. Cultivando odios xenófobos solo recogeremos violencia, hoy y mañana.
Es una guerra que nos ha sido importada por el Gran Poder. Una guerra que le crea riquezas. El negocio armamentista. En 2.015, la cotización en las bolsas de las industrias armamentistas se disparó en una semana en miles de millones de euros. La apropiación del petróleo  en su extracción, en infraestructuras de oleoductos, su comercialización. El agua de Palestina de la que Israel ya posee el 80%, y que codicia el gas del subsuelo marino de la franja de Gaza.
Una guerra que se nos quiere presentar como una lucha de civilizaciones antagónicas. El cristianismo occidental atacado por el islamismo oriental. El enemigo islamista previamente atomizado en tribus armadas, en la base primigenia de que su credo no goza de dogma unificado. 
El yihadismo racista y xenófobo funde sus raíces en el wahabismo saudí. Arabia Saudí, nuestro aliado de Occidente y a quien armamos hasta los dientes, con sus petrodólares han financiado este terrorismo, que como su petróleo, han exportado. Israel y Turquía ayudan.
Recomendaría al lector los artículos de M. Chossudosvsky. El personaje, economista canadiense, es el director del Centro de Investigación sobre la Globalización (“Globe Resarch”). En ellos revela aquellas verdades que los gobiernos occidentales no quieren que la población conozca sobre el Estado Islámico. Se puede acudir también, y en menor grado, a la obra de nuestro periodista Javier Martín, “Geopolítica del caos” editada en 2.015.
Me duelen nuestras víctimas de Barcelona como, ayer, las del 11-M de Madrid. Pero, también, me duelen los muertos civiles de Irak, Siria, Líbano y Palestina. El horror aumenta cuando observo destrucción de pueblos, culturas ancestrales y restos de antiguas civilizaciones.
 “La muerte de cualquier hombre me disminuye, porque formo parte de la Humanidad, y, por lo tanto, nunca mandes a nadie a preguntar por quién doblan las campanas: doblan por ti”. (“Devociones en ocasiones emergentes”, 1.623, John Donne, poeta metafísico inglés).