FESTIVAL DE CULTURA URBANA

Viki Gómez: “La nueva generación de riders viene pisando fuerte”

Miguel Tardío, Varo Herández y Roger Gracia, antes de las pruebas de Flatland.
photo_camera Miguel Tardío, Varo Herández y Roger Gracia, antes de las pruebas de Flatland.

Los deportistas alaban el ambiente de este festival por reunir a numerosas disciplinas

Sábado por la mañana. Muchos de los deportistas que participan en O Marisquiño se relajaban disfrutando del ambiente de este festival desde las terrazas, junto al hotel donde se concentran, a la espera de disputar por la tarde sus pruebas clasificatorias.
Viki Gómez, uno de los más veteranos en la disciplina de BMX Flatland —fue el primer rider de esta modalidad fichado por RedBull en 2003—, y que acumula varios Marisquiños y dos campeonatos de Europa y uno mundial, reconocía a este diario que llegaba con la intención de subir de nuevo al podio pero que la competencia es muy dura. “Hay una nueva generación de riders que vine pisando muy fuerte”.
Gómez manifestó sentirse como en casa. “Llevo viendo desde hace diez años. Soy ya medio gallego. Mi nombre, Viki, casi un homenaje a Vigo”, bromea. Para este deportista, que confía en que la BMX Flatland llegue también a ser olímpica, lo mejor de este encuentro es que “reúne gente de toda España y de todas las disciplinas, es increíble”. 

Viki Gómez, con su BMX, ante la puerta de su hotel.

Viki Gómez, con su BMX, ante la puerta de su hotel.


A pocos metros conversan Miguel Tardío, que tras varias ediciones compitiendo este año participa como juez; Roger García, que colabora con la organización, y Varo Hernández, que con solo 22 años llega para competir por sexta vez en O Marisquiño. “Cada año da un paso más en cuanto a profesionalidad. Años atrás era más fiesta y esta edición es más deporte y me gusta como está saliendo”, comenta el rider.
Son muchos los detalles que un juez de BMX Flat debe valorar, como explica Tardío: “Esta modalidad consiste en hacer trucos en suelo plano apoyándose en distintos elementos de la bici. Cada rider tiene un estilo único y se valora la dificultad, originalidad, estilo y, sobre todo, la ejecución”. Un deporte que, aunque es muy técnico, el público sabe valorar por su espectacularidad. “Es una modalidad muy artística, muy visual. El público sí lo aprecia y de hecho las gradas están llenas. Vigo tiene un público muy bueno”, afirma.
La magia del festival radica también en el buen ambiente que se respira en las calles. “Es increíble como se ha involucrado la ciudad entera. La gente te para por la calle, te pregunta si eres rider, si eres skater o eres de Bmx, que si conoces a alguien.. Es increíble”, añade Roger.

Lleno de 'marisquiños'
Lo cierto es que Vigo volvió ayer a llenarse de miles de 'marisquiños', de jóvenes que estos días se animan a sacar sus patines y patinetes para adueñarse prácticamente de la zona centro. La estética skater y 'traceur' (practicante de parkour) se codea con 'hipsters', ' muppies' y demás gente 'cool'. Un Vigo “forever young” que convive perfectamente con las cientos de familias, con miembros de varias generaciones, que pasean junto a ellos, atraídas también por los deportes urbanos y curadas de todo espanto, que por algo esta fue también capital de las 'tribus urbanas' hace ahora tres décadas y O Marisquiño lleva celebrándose 17 años.
Este festival del deporte y la cultura urbana destaca además por su carácter internacional, con miles de personas llegadas de toda España y de otros países de Europa. Toda esta amalgama de nacionalidades y estilos se contagia a los que salen a la calle, tanto por el día como por la noche. “Menudo ambientillo”, comentaban alegres unas jóvenes mientras se dirigían en la noche del viernes, coincidiendo también con la Noite Branca de los museos, al Casco Vello, con lleno total en todos sus establecimientos y con sus esquinas llenas de música en vivo.
No obstante, por mucho que hablemos de skaters y riders, nos acerquemos al 'village' o paremos en un 'food truck', en el recinto de O Marisquiño nos podemos encontrar también una inmensa pulpería. Hay cosas que siempre irán en nuestro ADN. n

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