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Una viguesa pide el indulto para evitar ingresar en A Lama

Noemí recoge firmas en Change.org para apoyar su solicitud.
photo_camera Noemí recoge firmas en Change.org para apoyar su solicitud.

La mujer fue víctima de malos tratos por su expareja, a la que agredió hace 10 años "en defensa propia".  Asegura que "mi vida cambió y lo perderé todo si voy a la cárcel"

El 1 de septiembre es el día en que Noemí Otero Quesada deberá entrar en prisión para cumplir una pena de cuatro años y tres meses por agredir a su expareja, con la que mantuvo una relación de 15 años y en la que “sufrí maltrato continuado”. Los hechos tuvieron lugar hace diez años cuando “durante una de las peleas que ya eran habituales intenté defenderme y cogí lo primero que encontré, una navaja de las que él tenía encima de la mesa”. El informe forense recogió que él sufrió siete lesiones, ninguna de gravedad. 


Esta viguesa de 39 años asegura ahora, a escasas fechas de su ingreso en A Lama, que “después de 10 años, quieren meterme en la cárcel por unos hechos distorsionados, totalmente manipulados y desproporcionados” por lo que ha abierto una campaña en Change.org para solicitar el indulto al ministro de Justicia. “En estos diez años he cambiado. Tengo una vida ordenada, un trabajo estable con un contrato indefinido y una casa. Todo eso puedo perderlo si entro en prisión”. Aquella agresión que supuso un antes y un después en la vida de Noemí. Él presentó una denuncia por intento de asesinato, alegando que le había atacado con un arma mientras dormía. Ella rebate esos cargos recordando que “me atacó. Hacía años que me maltrataba. Hay que tener en cuenta que en esa época yo vivía sometida, física y moralmente, además de que el nunca trabajó, yo lo mantenía, y de la niña, nuestra hija, jamás se hizo cargo”, comenta con lágrimas en los ojos, recordando que aquello la sumió en una depresión que hace tres años le hizo perder la custodia de su hija “porque no estaba en condiciones. Ahora estoy a tratamiento porque lo único que quiero es recuperarla”. 


La denuncia que presentó su expareja fue el inicio de todo un calvario de juicios, comparecencias, abogados de oficio, recursos que terminó en la vista que se celebró en Pontevedra el año pasado. Hace dos semanas Noemí recibía la sentencia firme con la orden de entrar en A Lama. Todo el proceso que vivió por el medio de esas dos fechas “ha sido un cúmulo de despropósitos”, primero por el lapsus de tiempo transcurrido y porque durante ese periodo “tuve cuatro abogados, todos ellos de oficio, y se llegó a cambiar de juzgado, pasando del que llevaba el asunto en Vigo a otro de Pontevedra, donde fui condenada”. Algo que ella considera que  le ha supuesto “indefensión y no tener un juicio justo".

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