Ana Molés se ha hecho con la dirección efectiva de Peinador después de llegar en octubre, todavía con una baja maternal.
Tras varias semanas al frente del aeropuerto reconoce sentirse fascinada por la ciudad de Vigo, que conocía como turista, y muy satisfecha con el equipo que se ha encontrado en la terminal. También reconoce que ha tenido suerte al aterrizar cuando las cifras comienzan a repuntar de forma decidida. Natural de un pueblo próximo a Castellón, su anterior destino fue en el aeropuerto de Sabadell, completamente distinto a Peinador.
¿Manda mucho un director de aeropuerto?
Tiene que mandar. Al final es un espacio para compañías aéreas y aunque no tengamos el contacto directo con los pasajeros hay empresas que sí están y tienes que estar encima de ellas. Cada uno hace su trabajo y hay que minimizar errores.
Antes de la crisis de 2008, cuando se llegó a 1,4 milones, había perspectivas increíbles de crecimiento en pasajeros. ¿Cuál es la realidad hoy en día?
Este año hemos conseguido el millón de pasajeros y esta terminal está dimensionada para dos millones de pasajeros. Es una terminal diáfana y versátil, capaz de adaptarse a ese crecimiento. Tenemos que ser listo y previsores para estar preparados para cuando ocurra.
¿Pero puede llegar Peinador a dos millones o es utópico?
Preparados estamos, el aeropuerto tiene capacidad para dos millones, y si los hemos dimensionado es que capacidad hay. La aviación es un campo resilente: cuando llega a una altura, aunque luego venga una crisis y baje, tiende a recuperar el mismo nivel y seguir subiendo. La aviación tiene que seguir subiendo, ahora es más fácil volar, la gente se mueve más. Hay generaciones que hemos crecido con el avión como un medio de transporte normal, no como nuestros abuelos para los que era un acontecimiento. Estudié aeronáutica por eso, era un acontecimiento ir a Valencia a recoger a mi padre y ahora volar es normal. Esto va a seguir creciendo, seguro.
¿Ve posible conseguir recuperar de forma estable vuelos a París, como dijo cuando llegó a Vigo?
Los estudios están hechos y se han revisado. Cuando hubo el vuelo a París las cifras eran muy buenas y por las encuestas que se hacen se sabe que el pasajero de Vigo tiene interés en ese vuelo. Son los destinos que vamos a defender, los que vamos a plantear y hablar, porque tenemos el perfil del pasajero. Sabemos que es un destino que quiere tener la gente de Vigo. Ahora llega el trabajo de lograrlo. Para que haya una ruta, para viajes de negocios o de vacaciones.
Esta semana se averió el ILS y hubo varios desvíos. En tres meses se cambiará y el aeropuerto estará dos meses sin ILS, el sistema antiniebla. Ya estamos temblando.
Hay que cambiarlo, porque termina su vida útil. Este año hay que hacerlo necesariamente. Tenemos una horquilla entre abril y junio para acometer la operación, los meses cuando la meteorología acompaña, y sin ILS habrá menos riesgo de falta de visibilidad. Porque Vigo es el aeropuerto que más problemas tiene con la niebla. Estamos ya con las simulaciones con el nuevo equipo para que cuando se instale esté en las máximas prestaciones. Si logramos tener un buen nivel previo, el tiempo de la instalación se reduce quizá a un mes. La experiencia nos dice que son ocho semanas: el objetivo es no irnos más allá y el reto reducirlo.
¿Qué le urge a este aeropuerto?
En cuanto a infraestructuras tiene todo lo que necesitamos, hay margen de mejora, claro. Aparte del ILS nuevo y la renovación de la plataforma tenemos el proyecto de nueva pasarela (de la terminal al avión). ¿Es algo imprescindible? No, podemos operar sin ella, pero daremos más calidad a los pasajeros para ir a la aeronave sin mojarse y a las compañías aéreas le vamos a dar más agilidad. Es ir en la línea de lo que nos piden los clientes, es decir los pasajeros y las aerolíneas. Pero a nivel de infraestructuras estamos muy bien dimensionados, tenemos margen para crecer.
En Galicia hay atres aeropuertos y Oporto que es un monstruo. ¿Es bueno, malo o hay que trabajar con eso?
Al final el aeropuerto es para dar servicio a la ciudad y su entorno. La gente no viene a Vigo a ver el aeropuerto, viene a ver Vigo o lo usa para salir fuera. ¿Qué puede ser mejor para la provincia que tener un aeropuerto aquí? Hay mucha gente de la zona que usa Madrid y Barcelona para coger vuelos intercontinentales para negocios o vacaciones. Con las frecuencias que tenemos con Madrid prácticamente contamos con un puente aéreo, con cinco vuelos de ida y otros tantos de vuelta, y así vamos alimentando nuestro hub que es Madrid. Con Barcelona hay dos frecuencias. Estamos dando un buen servicio al pasajero de Vigo que quiere salir fuera.
¿Hacen falta más enlaces con Madrid o son suficientes?
La ocupación actual es muy buena, y lo que hacen algunas aerolíneas es incrementar sus ofertas. Está en el 85 por ciento, que es un nivel muy alto de ocupación. Si sigue así serán las propias compañías las que irán poniendo más frecuencias. Ahora puedes ir a Madrid a primera hora y llegar a una reunión a las nueve de la mañana y puedes volver de Madrid y llegar a Vigo a las diez de la noche. O viajar por la tarde. Por trabajo, las conexiones son muy buenas, y por hub, con cinco diarias hay horarios muy buenos para una escala corta en Madrid.
¿Se puede competir con Santiago y Oporto o nos olvidamos?
Competimos contra nosotros mismos. Este año tuvimos un millón de pasajeros, ahora tenemos que crecer de forma sostenida y con calidad.
Peinador tiene alta actividad en verano pero muy baja en esta época de año, con sólo cuatro rutas. Es muy poco para Vigo.
¿Puede hacer algo?
Hay que ver el pasajero que quiere salir y venir cuándo quiere hacerlo. No es el aeropuerto el que va a alimentar la ciudad sino la ciudad la que alimenta al aeropuerto. Si se convierte en un destino atractivo de vacaciones, la gente querrá venir también en invierno. Y la gente sale mayoritariamente en verano de vacaciones. De todas formas hemos observado que en Vigo está cambiando la tipología del viajero, pasamos de ser un aeropuerto con un pasajero sobre todo de negocios, el que más porcentaje tenía de España, y ahora con los destinos de verano ya no es así, la gente quiere venir a Vigo y los de Vigo salir de turismo.
Un año antes de su llegada, Peinador estaba en el centro de la catástrofe, no sé si lo sabía.
Lo sabía. AENA funciona como red y todos conocemos cómo van los aeropuertos. Cuando llegas a un aeropuerto en un momento malo es un reto y lo que logres va a ser un hito, pero cuando llegas a uno creciendo, el reto es más grande. Conseguir algo que destaque va a ser difícil, porque todos crecen ahora. Insisto en que lo más importante es la calidad que podamos dar, que las compañías estén contentas y también los pasajeros.
¿Qué le parece esta ciudad, la conocía?
Había venido de vacaciones. Vigo es una ciudad, que me gusta. Es una ciudad grande, yo vengo de un pueblo, a 12 kilómetros de Castellón. Hay mucha actividad, conferencias, oferta para niños. La primera impresión es espectacular, te encuentras con cosas que no esperas, porque no es la capital de la comunidad pero hay un entramado empresarial espectacular y se hacen muchos eventos de toda Galicia en Vigo. Esto es algo que no había vivido. Vigo da mucha calidad de vida. Mi antecesora en Peinador me dijo que Vigo es una ciudad que hace feliz y por ahora es así. Y la gente es muy acogedora.
