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Vigo afronta el otoño con los embalses cerca del 100%

Así estaba ayer el embalse de Zamáns, que abastece a parte de Vigo y a Nigrán. Eiras se encuentra más arriba.
photo_camera Así estaba ayer el embalse de Zamáns, que abastece a parte de Vigo y a Nigrán. Eiras se encuentra más arriba.

Las reservas están diez puntos por encima del año pasado, cuando un año seco estuvo a punto de provocar el corte de abastecimiento. El trasvase del Verdugo, aún pendiente

Vigo cuenta a día de hoy con la mayor capacidad de agua embalsada de Galicia al sumar dos presas y un total de 22 hectómetros cúbicos, lógico al tratarse también de la zona más poblada y abastecer a unos 400.000 habitantes. Según los datos de Augas de Galicia, Eiras se encuentra al 91,23 por ciento, razonable para este momento del año y nueve puntos más que en la misma fecha de 2017, cuando se quedó en el 81,4 por ciento. Zamáns se halla algo más bajo, en el 81,4 pero también mejor que hace un año, en el 72. Además, la pequeña cuenca de Baiona está al 80 por ciento, lo que garantiza el suministro a la villa y evita que se una a la red viguesa, donde están conectados de forma permanente las traídas de los municipios de Cangas, Moaña, Redondela, Porriño y Nigrán, aunque todos ellos cuentan en gran parte con pozos y otras fuentes de alimentación. Con estas reservas la posición de Vigo es óptima de cara a los próximos mess, aunque a día de hoy se desconoce si pasará lo que en 2017, cuando se encadenaron un invierno, una primera, un verano y un otoño secos que dejaron Eiras y Zamáns en su peor situación, al borde mismo de iniciar cortes a la población. En el peor de los casos, hay agua por lo menos hasta enero. Las otras ciudades cuentan con presas más pequeñas: A Coruña, de algo menos de 19 hectómetros cúbicos, que se encuentra al 91 por  ciento. Y el resto, mucho más pequeñas, todas por encima del 90%.
Según señaló un portavoz de la Consellería de Medio Ambiente, la construcción del trasvase entre el Verdugo y Eiras, que incrementaría el caudal para una emergencia, sigue como hace un año, encima de la mesa, aunque al no haber alerta por sequía resulta imposible tramitar el proyecto de urgencia. Y eso significa que la Xunta tiene que realizar la vía ordinaria, más lenta y farragosa, con múltiples trámites. La misma fuente aseguró que el Gobierno gallego mantiene su decisión de construir el enlace “porque hay compromiso”. Por su parte, el gobierno vigués aseguró que se remitiría al Ministerio de Medio Ambiente para encontrar otra solución permanente. 

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