CRIMEN DEL ARMARIO

La víctima y el presunto asesino se habían denunciado mutuamente

Retiradan el cadáver.
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Silvina de Oliveira, de 33 años,  pudo fallecer el jueves por la noche, tras una trifulca que comenzó en un bar 

nnn La mujer de nacionalidad portuguesa que el lunes por la tarde fue encontrada muerta a golpes en el interior de un armario de su habitación mantenía una tormentosa relación con su presunto asesino. Silvina de Oliveira, de 33 años, había denunciado al menos en dos ocasiones al hombre que supuestamente acabó con su vida, Pedro Antonio Rodrigues, de 55 años, también portugués y con el que convivía en una habitación alquilada del número 12 de la calle Fragoso. Según fuentes judiciales, las dos denuncias, por malos tratos, fueron interpuestas  el año pasado. Una quedó archivada porque ella no declaró  y por la otra se acababa de dictar juicio oral pues aunque tampoco quiso declarar, la causa siguió adelante pues había testigos de los hechos.
No obstante, fuentes policiales también aseguraron que la víctima había sido denunciada a su vez  por su pareja que la acusó de  agresión. De hecho, la Policía tuvo que intervenir en más de una ocasión por  trifulcas entre ambos. 
A la espera de los resultados de la autopsia a los dos cadáveres, que confirmara la fecha del fallecimiento de ambos, las primeras hipótesis apuntan a que la mujer habría sido supuestamente asesinada por el hombre y con posterioridad ésta se habría quitado la vida, bien con pastillas, bien mediante una sobredosis de droga.
En concreto, los testimonios aportados por diversos testigos situarían el crimen el jueves por la noche. Ese día, según explicaron  a este diario en un bar cercano a la vivienda, “la pareja estuvo tomando unas cañas en la terraza. Ella fue al baño, luego pagó las consumiciones y se fue antes”. Al parecer, mientras estaban en la mencionada terraza, él le habría propinado una bofetada en la cara, un hecho que apuntaban otros testigos, pero que desde el bar aseguran “no vimos porque estaban fuera. Algo debió pasar, y eso es lo que dicen, pero no lo vimos”.
Iniciada la trifulca, y una vez ambos en su habitación, la riña habría ido ganando en intensidad hasta el punto que el hombre comenzó a golpearla hasta la muerte. Los investigadores descartan en principio que fuera un crimen premeditado y apuestan a que fue fruto de una situación incontrolable a consecuencia de la ingesta de alcohol o drogas.
Cuando Pedro Antonio se da cuenta de que ha matado a su mujer, decide esconderla en el armario, para que nadie pueda ver el cuerpo hasta que piensa  cómo deshacerse de él, sin embargo, en un momento determinado, que se situaría entre el sábado y el domingo, decide confesar mediante una nota y poner fin a su vida.
La Policía encontró en la habitación una nota manuscrita, cuya autoría se está comprobando, en la que el presunto asesino reconocía que había matado a golpes a su mujer.
Según la hipótesis de la investigación,  Pedro Antonio  no falleció el día en el que fue encontrado su cuerpo sino que llevaría muerto  entre 24 ó 36 horas.n 

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