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Vecinos de Tomiño instan al obispo a que retire al párroco

El párroco tomiñés de San Campio, hace unos días en la procesión durante las fiestas.
photo_camera El párroco tomiñés de San Campio, hace unos días en la procesión durante las fiestas.

El sacerdote está condenado en firme por abuso sexual a una feligresa. La Diócesis de Tui-Vigo dejó el asunto al Vaticano

nnn Vecinos y asociaciones de Tomiño se han dirigido al Obispado de Tui-Vigo para que retire al sacerdote José Luis Portela al frente de la parroquia tomiñense de San Campio de Figueiró. Recuerdan que hace más de un año que la Audiencia Provincial ratificó la sentencia del Juzgado de lo penal 1 de Pontevedra que condenaba a Portela por un delito de abusos sexuales a una feligresa. La sentencia es firme desde hace más de un año. 
El obispado en un primer momento apartó de sus funciones al sacerdote durante unos meses, pero fue restituido a las mismas en tanto que no hubiera ratificado la sentencia de Juzgado de Pontevedra por una instancia superior. Tras el pronunciamiento de la Audiencia la condena ya es firme, pero a día de hoy el párroco sigue en su puesto. Fuentes de la diócesis de Tui-Vigo señalaron que en su día José Luis portela apeló al Vaticano y desde entonces se espera una respuesta de la Santa Sede. Por tanto no hay cambios.
La sentencia establece como probado que el día 15 de agosto de 2014, entre las 12 y las 13 horas, en la sacristía del templo, el acusado, "con ánimo de satisfacer sus deseos sexuales, abrazó a (la feligresa), le introdujo las manos por debajo de la ropa y le tocó los pechos" y le pidió que "le besara al tiempo que la agarraba y le besaba el cuello diciéndole 'Dios quiere que estés bien”. Durante el juicio José Luis Portela incurrió en contradicciones en tanto que la demandante se mantuvo en su versión, hecho que fue considerado por el juez que le condenó y ahora ratifica el tribunal de la Audiencia. Se da la circunstancia añadida de que el párroco de San Campio ejerce también de exorcista, aunque no de forma oficial.
En estas circunstancias, hace apenas unos días se celebró la fiesta de San Campio, con la procesión presidida por el párroco. Vecinos de Tomiño señalaron que hay confusión entre los feligreses, muchos de los cuales creen que el sacerdote fue finalmente absuelto. 
Ana Vicente responsable de las labores de prevención de Adavas (Asociación de Axuda a Vitimas de Agresións Sexuáis y Violencia de Xénero) en colegios e institutos de este tipo de delitos advierte de que el agresor se ha presentado a sí mismo como una víctima. "Por inconsistentes que hayan sido sus argumentos ha conseguido el apoyo incondicional de su parroquia, y una atracción mediática dada su condición de exorcista que conviene muy poco a la verdad, y sobre todo desencadena una reacción social de graves consecuencias", explica. "¿Qué niña, que adolescente, que mujer adulta se atreverá a contar en Tomiño que ha sufrido una agresión sexual? Da igual que la sentencia haya establecido clarísimamente que quien mintió fue el sacerdote y no su víctima, ya que el mito firmemente asentado de que “las mujeres mentimos” y ponemos “denuncias falsas” se mantiene. El señor párroco sigue dando misa arropado por su feligresía. Y con este ejemplo se les está enseñando que si son víctimas de un abuso no van a ser creídas en su entorno, por mucho que los testimonios estén apoyados en los “hechos probados” de una sentencia. Los agresores  a su vez aprenden  que pueden quedar socialmente impunes sin perder ni un ápice de credibilidad", avisa.
Vicente advierte de que la víctima lo es por su posición, por estar en un momento determinado en una situación de indefensión. "En este caso estar a solas en una sacristía en compañía de un sacerdote que le habían recomendado, que aprovecha esa situación para tocar sexualmente a su víctima y que no esperaba semejante deriva".
"Es descorazonador ver que esta denuncia y esta condena no hayan servido para que el agresor sea apartado de un puesto que le otorga tanto poder y tanta autoridad", señala la portavoz de Adavas. n

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