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Vecinos de Ferrería piden Policía para garantizar la tranquilidad en el barrio

La calle Abeleira Menéndez, donde confluyen comercios y bares, la más transitada
photo_camera La calle Abeleira Menéndez, donde confluyen comercios y bares, la más transitada

Tras la protestas de esta semana solicitan patrullas por la zona alta del Casco Vello para tener más seguridad

nnn  La nueva Ferrería o Barrio Alto del Casco Vello cuenta ya con cerca de un centenar de viviendas ocupadas y con la mayor parte del entorno rehabilitado, pero aún restan "agujeros negros" que provocan problemas continuos en la convivencia y ponen en riesgo la continuidad del proceso de reforma integral puesto en marcha por el Consorcio Casco Vello. Esta misma semana hubo una reyerta en la calle que finalizó con un hombre apuñalado y son habituales las broncas por trapicheo, lo que llevó hace semanas a una importante redada de la Policía Nacional que se saldó con el regreso a sus casas de todos los arrestados por falta de pruebas contundentes. Hace unos meses hubo incluso una recogida de firmas entre los residentes para tratar de poner fin al problema e implicar sobre todo al Concello y la Subdelegación del Gobierno, por sus competencias en materia de Policía, pero lo cierto es que nada ha cambiado... como pudo comprobar la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Saenz de Santamaría este pasado martes durante  un recorrido por la antigua/nueva Ferrería. Varios vecinos le dijeron en voz alta la situación por la que pasan y la necesidad de garantizar la seguridad. Lo cierto es que hay miedo creciente y un portavoz habitual de los vecinos lo reconocía ayer, señalando que la solución pasa por que la Policía patrulle de forma intensiva por todo el barrio. "Ahora hay agentes, pero pasan en vehículos de vez en cuando, y eso no resulta suficiente, hay mucha tensión, cada vez más", explicaba ayer.
La calle principal, Abeleira Menéndez, es la más concurrida -por ella pasan miles de cruceristas cada año- y la que tiene mayor oferta comercial, pero no está exenta de problemas. Entre ellos que se encuentra el último local "de alterne" del viejo barrio y resulta visible la prostitución. Los vecinos advierten de que hay serios problemas de seguridad durante buena parte del día y que incluso ha vuelto el trapicheo al patio situado ante los restos del castillo de San Sebastián, a escasos metros de la Jefatura de la Policía Local. 
Sin embargo, los vecinos reconocen que ya no volverán a recoger firmas ante el temor a que haya nuevos problemas. Todo ello puede afectar a los promociones en marcha en el barrio por parte del Consorcio Casco Vello, que tendría mayores dificultades para vender los pisos rehabilitados y continuar el proceso de reforma. Al menos, eso creen ya los residentes. n

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