Todo apunta a un caso de violencia de género con una explosión de gas y posterior incendio de la vivienda, cuya fachada se derrumbó. El hombre, Emilio, había amenazado la víspera a su ex pareja, María José, con volarle la casa. Los bomberos hallaron dos bombonas de butano con las gomas cortadas. Los fallecidos, compañeros de trabajo en Pescanova, tenían un hijo de 8 años que estaba con los abuelos. Ella era madre de otros dos hijos.
Al menos dos personas resultaron muertas por un estallido de gas butano en Chapela que todo apunta a que fue provocado, desencadenando la tragedia. Se trataba de una mujer, María José "Sesé", de 52 años, y un hombre, Emilio, 47 años, que habían sido pareja en el pasado pero ya no y que tenían un hijo en común, de ocho años, del que poco antes de las 22 horas nada se sabía por lo que se temía su fallecimiento.
Sin embargo, poco después la Policía pudo conformar confirmar que el niño estaba a salvo con los abuelos paternos, vecinos de la parroquia redondelana de Caveiro.
Aunque la investigación estaba iniciándose, todo apuntaba a un nuevo caso de violencia de género que podría haber desembocado en un suicidio, ya que los bomberos que realizaron las primeras inspecciones encontraron restos de las gomas del gas cortadas con dos bombonas que habrían sido manipuladas. Y un cuchillo al lado.
La casa, de tres bloques, se encontraba en el Camiño Pousadoura, cerca de la autopista del atlántico, y a consecuencia de la explosión resultó destruida una gran parte, por lo que los bomberos tuvieron que apuntarla por el riesgo de que se viniera abajo. Su madre vivía en la misma edificación, aunque en otra parte, y fue trasladada a una ambulancia, aparentemente fuera de peligro.
En el lugar de los hechos se presentaron dotaciones de la Policía Nacional, Bomberos de Vigo, Emergencias 112 y responsables del Concello de Redondela, con el alcalde Javier Bas a la cabeza. También acudió el concejal vigués Carlos Font en su condición de responsable del Cuerpo de Bomberos vigués.
MALA RELACIÓN
Según señalaron distintas fuentes, la pareja llevaba un tiempo separada -parece que oficialmente desde este mes- y ella ya convivía con otro hombre, que no se encontraba en la casa cuando se produjeron los hechos, en torno a las 20,30 horas de ayer, cuando se escuchó un fuerte ruido por la detonación que provocó la inmediata alarma en el barrio.
Varios vecinos de la zona señalaron además que la pareja se llevaba mal y mantenía fuertes discusiones, lo que apuntala la hipótesis de que lo ocurrido se debió a un episodio de violencia de género. El juez del número 1 de Redondela, de guardia, tuvo que esperar para realizar el levantamiento de los cadáveres por el estado del edificio. También estaba en ese momento la actual pareja, que llegó más tarde y fue interrogada por la Policía, aunque no se plantea ninguna relación con lo ocurrido.
Por su parte, el Concello de Redondela estaba anoche a la espera de cómo avanzaba la investigación para las acciones a tomar, aunque sus responsables querían ser prudentes aunque dando por seguro que se trataba de un hecho no fortuito sino provocado y por tanto, un episodio de violencia de género.
Como en otras ocasiones, la confusión presidió las primeras horas antes de que se pudiera identificar a las víctimas. La primera información facilitada apuntaba a que había dos niños muertos.
Los servicios funenarios se llevan el cuerpo de una de las dos personas que han fallecido esta tarde tras una explosión en Chapela
