Vigo

El vampiro de Pontevedra ve la luz en un corto en Vigo

El vampiro Dragossán/Pintos, en el corto de Tenoira, y subido a los Rederos.
photo_camera El vampiro Dragossán/Pintos, en el corto de Tenoira, y subido a los Rederos.

Una pequeña obra "surrealista" presenta a Wladimir de paseo por las calles de Vigo. Hoy se presenta en la Casa da Cultura

Wladimir Dragossán, heterónimo de Rafael Pintos, se ha convertido en protagonista de un cortometraje obra de Rafael Tenoira que el propio autor califica, con todo merecimiento, de surrealista. Hoy viernes 17, será la presentación a las 20,30 horas en la Casa Galega da Cultura, en Vigo (plaza de la Princesa), con la participación de Dragossán.  ¿Qué se sabe del Vampiro de Pontevedra más allá de su estética y sus más de 190 centímetros de talla que le impiden pasar inadvertido? Poco. Algo se contará en el corto, entre otras cosas que -sorpresa- es cofrade devoto de la Virgen de la Peregrina, adonde acude a rezar. Que ha escrito 13 libros, la mayoría de ocultismo y ciencias oscuras, y que tiene 53 años. 
Al parecer Pintos se convirtió en Dragossán con apenas cinco años: mientras sus compañeros jugaban en los columpios, él optaba por colgarse boca abajo como los murciélagos. Adora a Salvador Dalí, con el que afirma mantener una relación más allá de la muerte, y afirma ser muy creativo. Tenoira logró convencerle para tomar imágenes de paseo por lugares clásicos de Pontevedra, como la Peregrina y el casco histórico, incluyendo las estatuas de Castelao y Valle-Inclán, con las que conversa y se desdobla, y también de que subiera al tren y se plantara en Vigo, paseando por la Porta do Sol, el Paseo de Alfonso y la Gran vía, con visita final al grupo de los Rederos, al que se subió para hacer una "perfomance". 
“Todo el vídeo es surrealista”, dice con razón Rafael Tenoira, feliz de que el vampiro sea algo más conocido. Aunque ya no viste como Drácula y quizá se acerque algo más a los dandis británicos de finales del XIX, todavía usa capa y mantiene su actitud alejada del mundo. Sobre si todavía bebe sangre, como aseguraba y demostró (era de vaca y la recibía de una carnicería), nada se sabe, aunque parece probable. “Es una persona muy elegante y creativa, pero no es fácil que se abra, así que se sabe muy poco, pero me consta que continúa siendo vampiro”, explica. O sea, un no muerto, según el canon establecido por Bram Stoker, el que sigue Pintos/Dragossán. “Sigo la línea del conocimiento de la magia póstuma, una filosofía de preparación para la vida después de la muerte, que es el origen del vampirismo centroeuropeo", afirma el vampiro de Pontevedra, hoy un gótico de paseo por Vigo. 

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