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Un juicio para el olvido

El acusado, ayer, durante el juicio celebrado en la sección quinta de la Audiencia.
photo_camera El acusado, ayer, durante el juicio celebrado en la sección quinta de la Audiencia.

Un acusado de dejar inconsciente a otro tras agredirle en la calle alegó ayer en la vista no acordarse de nada por el alcohol. La víctima, que en su día sí prestó declaración, también alegó amnesia y la principal testigo no apareció

La madrugada del 6 de marzo de 2015, un vecino de Vigo fue auxiliado por la Policía Local. Estaba tendido en el suelo, prácticamente inconsciente, sangraba abundantemente y junto a él había dos piezas dentales. El presunto agresor fue señalado primero por una testigo presencial, expareja del anterior, y posteriormente  en instrucción aludido por la víctima quien aseguró entonces que  le vio corriendo hacia a él. Ayer, el acusado se sentaba en el banquillo para responder por un presunto delito de lesiones. Se enfrentaba a cinco años y medio de prisión, es reincidente, e inicialmente a una indemnización de 17.600 euros que  fue retirada por el fiscal después de que el perjudicado, ya en sala, renunciara a cualquier reclamación.
Durante el juicio, celebrado en la sección quinta de la Audiencia, el tribunal no consiguió obtener información alguna ni del acusado, ni de la víctima ni de la testigo presencial, que no se presentó y  a la que renunció la acusación pública ya que en instrucción al ser la expareja del acusado se acogió a su derecho a no declarar.
El presunto agresor aseguró que era consumidor habitual en aquellas fechas y que no solía beber porque cuando lo hacía “perdía el control”. Aquella noche sí bebió alcohol hasta el punto de tener una laguna en su memoria de varias horas. Afirmó que “no pude ser yo” ya que, según dijo, mantenía una buena relación con el perjudicado al ser vecinos del Calvario de toda la vida. “Estoy completamente seguro de que no fui yo”, alegó.
La víctima, que sufrió graves secuelas a raíz de los golpes recibidos por los que cayó al suelo y quedó inconsciente, apenas dejó terminar las preguntas del fiscal, al repetir insistentemente, que “no me acuerdo de nada, solo de cuando estaba en el hospital”. Tampoco se acordaba, dijo de lo que pasó antes del golpe ni tan siquiera de haber prestado declaración en instrucción, una actitud que le sirvió para que el fiscal solicitara deducir testimonio al considerar que estaba faltando a la verdad. El perjudicado dijo que siempre se llevó bien con el presunto agresor y acabó señalando que “cualquier puede cometer un fallo” para añadir, “lo pasado, pasado está”. Sí admitió que le llegó a pagar las medicinas aunque tampoco se acordaba de que le hubiera mandado un whatsapp al móvil pidiéndole perdón. La pareja del herido aseguró que hubo una especie de acuerdo para que el acusado le pagara las medicinas a cambio de no reclamar, unos 40 euros, frente a los más de 17.000 que solicitaba el fiscal para él y que finalmente eliminó de su petición tras el juicio.n

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