El trasatlántico japonés, el primero que atraca en Vigo, abre un mercado exigente y con gran poder adquisitivo. Unos 400 pasajeros viajan en el "ASuka II" dando la vuelta al mundo en tres meses
Uno de los cruceros más lujosos del momento atracó ayer por primera vez en el Puerto de Vigo. El "Asuka II", de bandera japonesa, estuvo durante cerca de diez horas en la ciudad con un pasaje considerado como "exigente y de alto poder adquisitivo" que viaja durante tres meses alrededor del mundo. Esta es una de las dos escalas que el buque hace en España -a la otra fue en Barcelona- antes de poner rumbo hacia Francia y continuar viaje hasta Azores, Alaska, New York y Panamá. Esta visita, según explicó el presidente de la Autoridad Portuaria en el tradicional acto de intercambio de metopas, "nos abre a un mercado muy importante con un turismo exigente al que le gusta los destino culturales".
El buque tiene 25 años, pero fue remodelado recientemente, creando en su interior un ambiente refinado y sin estridencias, muy acorde con el gusto oriental, lo que junto con el trato casi personalizado de sus hasta 872 pasajeros -en este viaje viajan unos 400- lo convierten en uno de los más lujosos y exclusivos. Un pasaje en este trasatlántico de 241 metros de eslora por 30 de manga puede costar entre los 32.000 euros del más barato y los 200.000 del más caro. Eso sí, está garantizado el trato más exquisito y las comodidades de un hotel de gran lujo con sus piscinas, casino, teatro, sala de fiesta con orquesta, sala de fumadores con el más puro estilo de club privado inglés, pub con piano de cola o sus 461 camarotes amueblados según la tradición nipona de los que 260 tienen balcón privado.
El director de hotel del "Asuka II", un croata que lleva más de nueve años haciendo parte de la tripulación, aseguraba ayer que "Vigo es una ciudad magnífica con una oferta gastronómica muy buena y un clima muy agradable", dos características que "gustan al turista japonés", que además está muy interesado en lugares con un importante legado histórico. Ayer, parte de los cruceristas pusieron rumbo a Santiago para aprovechar la visita a Galicia y conocer la catedral. El resto del pasaje permaneció en el barco y realizó visitas por la ciudad, donde podían ser vistos pequeños grupos de japoneses -la mayoría de edad avanzada ya que la media era de 77 años- que buscaban recuerdos de su estancia en "una de las rías más bonitas que he visto".
