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Treinta niños de origen ruso celebraron la Navidad eslava

Los niños recibieron de mano de Ded Moroz bombones y caramelos de origen ruso. Al Abuelo del Hielo le acompañó su nieta, vestida con el traje típico.
photo_camera Los niños recibieron de mano de Ded Moroz bombones y caramelos de origen ruso. Al Abuelo del Hielo le acompañó su nieta, vestida con el traje típico.

Ded Moroz, el Abuelo del Hielo equivalente a Papa Noel, fue el encargado de repartir los regalos en compañía de su nieta

nnn Muchas veces no resulta fácil volver a casa por Navidad. Eso fue lo que les sucedió a las familias que ayer celebraron en Vigo una fiesta con sabor eslavo. Vecinos de la ciudad, parte de sus integrantes son originarios de Rusia y se reunieron para recrear las tradiciones típicas de su país. Los protagonistas fueron los más pequeños que recibieron bombones y caramelos rusos, como es tradicional en su país.
Y quien no podía faltar era Ded Moroz (el Abuelo del Hielo) que acompañado de su nieta hizo el reparto de regalos entre los más de 30 niños asistentes. Es un personaje de la mitología eslava que cumple en Rusia la misión de Papa Noel, pero en Fin de Año o en Año Nuevo, y a diferencia de éste, suele hacer la entrega en persona.
En la mesa se sirvieron entre otras comidas típicas el sochivo (granos de trigo con nueces y miel) o empanadas de col. Y como en toda buena fiesta rusa del Año Nuevo, no faltaron las mandarinas, una fruta característica de estas fechas. En esta ocasión, los villancicos estuvieron acompañados a la canción eslava llamada koliadki. Los más pequeños fueron los que cantaron y recitaron, animando a la jornada
La fiesta tuvo lugar en las instalaciones del conservatorio Coppelia y surgió a iniciativa de Ana Álvarez y su marido Serghei Marximov. Aprovecharon el grupo de whatsapp de residentes rusos en Vigo, formado con motivo de la inauguración de una tienda de alimentación eslava en Vía Norte. “Fuimos varias veces a la fiesta de Año Nuevo que celebra el centro ruso de Madrid y nos daba pena que aquí no sucediese algo parecida”, afirma Ana. La implicación de  gran parte de las familias, cosiendo los trajes, decorando y cocinando hicieron posible una fiesta que casi con seguridad se repetirá el año que viene. Para la pareja promotora, “podría ser el primer paso para crear una asociación de rusos en Vigo, ya que desde que cerró Maximo Gorki hace diez años no hay ningún centro”, aseguró.
Entre los asistentes, las más numerosas eran la parejas mixtas entre gallegos y rusos, pero también acudieron familias con niños adoptados en regiones eslavas.n

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