CARMEN AVENDAÑO Presidenta de Fundación Érguete Integración

“Tenemos una inserción laboral del 70% y apoyo de los empresarios”

Carmen Avendaño tiene ahora como reto ampliar las instalaciones de Érguete.
photo_camera Carmen Avendaño tiene ahora como reto ampliar las instalaciones de Érguete.

“Jamás hubiera pensado que mis hijos iban a robar o a entrar en la cárcel. Pero también gracias a nosotros se resolvieron problemas en las cárceles”

La Fundación Érguete Integración cumple 20 años con Carmen Avendaño (Vigo, 1945) al frente. Nació en 1999 para ayudar a personas en su incorporación social y laboral.

Carmen Avendaño, símbolo de la lucha contra la droga, ya llevaba más de una década con la Asociación Érguete de ayuda al toxicómano y adicciones, pero decidió dar un paso más. Con la fundación apoya a colectivos muy variados para mejorar su formación y su inserción laboral. Carmen es de O Calvario y ahora vive en Cangas. Es una persona muy familiar con familia numerosa de cinco hijos, cinco nietos y ahora va a ser bisabuela.

¿Por qué nace la fundación?
Al principio hubo gente que no lo entendía. Yo tenía muy claro que si trabajas con una persona que hace una vida anormal, dentro de lo que consideramos lo habitual en la sociedad, y de repente lo dejas tiene un vacío terrible. La fundación nace con dos objetivos, primero que la gente que no había terminado los estudios pudiera sacar el Graduado y, después, formación laboral, pero no solo para gente con problema de drogas, sino también personas en camino a la exclusión social. Me costó trabajo pero ya llevamos 20 años con la fundación y 33 con la asociación.
Con una enorme actividad.
Son 100 trabajadores, pisos de acogida, también formación laboral, con un índice de inserción del 70%, y colabora mucho con nosotros La Caixa. Tenemos un apoyo muy abierto de los empresarios, que nos llaman y nos proponen cursos y prácticas. Creo que somos la organización de España con más seriedad en el tema de formación. 
¿Qué le hace falta a Érguete?
Ahora quiero pelear porque este local (en Martínez Garrido) se nos queda pequeño. Aquí está la asociación y la fundación. Entonces quiero ver si el local de abajo, que está vacío, podemos hacernos con él. Me gustaría que la administración pudiera quedar en estas oficinas de forma más cómoda y los talleres ocupacionales y formación en la parte de abajo.
¿Y el trabajo de la asociación?
Los temas de drogas aún hoy son muy graves, pero no tan trágicos como fueron, porque hoy la sociedad está más concienciada, sabe lo que es. En nuestra época de madres de adolescentes era un tema nuevo y nos hicimos una cátedra. Ahora las familias lo detectan antes y lo abordas con más facilidad. Trabajamos con Alborada y Cedro, mandamos allí a los chicos, luego vuelven para aquí, cuando hay cursos ya entran en esa formación o en incorporación laboral. Así trabajas con la persona hasta el final. Pero los cursos que damos no los hacemos solo para toxicómanos, sino para gente que tiene o va a tener problemas de exclusión. Así que trabajamos con personas que han perdido el trabajo, parados de larga duración o mujeres maltratadas. Esto les sirve para aprender a salir adelante con un oficio o formación y para tener solidaridad. Se cuentan sus historias y se produce algo muy importante, que es la base de la sociedad, ser solidarios. 
Y también está el programa de Coidadores de Barrio.
Tienes que cambiar muchas ideas preconcebidas, porque algunos te dicen que ahora los hijos no se preocupan, pero no es eso, porque los hijos hoy tienen que trabajar los dos si hay una pareja, es diferente, la sociedad ha cambiado. Los Coidadores trabajan en Teis, en Coia, en Bouzas, en O Calvario y Casco Vello y lo que hacen es llevar el control de la medicación, estar pendientes de cuando le toca el médico y los acompañan. Esto da mucha seguridad a la gente mayor para que salga de sus casas. Es un trabajo muy bonito que nos financia el Concello.
Echando la vista atrás ¿cómo ve ahora los inicios?
Teníamos una desesperación tremenda, porque el tema de la droga era muy maltratado por desconocido. Salíamos de una dictadura y tu educas a tus hijos como mejor crees, pero no los educas en el tema de las drogas, porque no las conocíamos. Entonces empieza a haber problemas y robos. Después cogían a un chaval y salían todos sus datos, nombre y apellidos. Fue una pelea muy dura y al mismo tiempo nos hizo aprender a todos. Yo siempre estuve en el movimiento social y de esta zona del Calvario y Lavadores empezamos a juntarnos y luego empezó a venir gente del Casco Velllo y conseguí que Soto pusiera el centro de drogas en la calle Uruguay. Antón Bouzas también ayudó mucho. Nos hicimos catedráticos. Fue difícil pero es un trabajo bonito.
Carmen Avendaño es un símbolo, pronto veremos camisetas con su cara.
Yo soy una persona muy normal y me da mucha vergüenza. Ahora vivo en Cangas y hoy venía en el barco con mi hijo más joven, que es ingeniero y ahora es vicepresidente de la fundación, y vivió esto desde el principio. Un día le dije ¿por qué no entras en la directiva? Para el día que yo falte, porque lo has vivido y lo has mamado y me dijo que sí. Y aquí está, para que haya una continuidad.
¿Pero está pensando en irse?
Yo ya me canso mucho y tengo un enfermedad, pero yo soy muy cabezona, así que aquí estoy. Esto va muy bien y he sabido elegir muy bien a la gente que está trabajando, que es lo más importante, no yo. Aquí tenemos una forma de trabajar pero para las cosas difíciles, como enfrentarse a políticos o a las administraciones sí soy yo quien lo llevo. Yo soy muy directa y tengo muy mal genio, me cabreo pocas veces pero soy dura, dura.
Fue concejala en Cangas y en Vigo por el PSOE.
Yo milito en el PSOE de siempre, tengo una parte familiar que sufrió mucho, aunque tengo otra parte que era falangista, pero a mí me tiró más esta. Pero no me gustan los cargos políticos. Después del gobierno de Lois Pena en Cangas llegó César López Freire y entré en la lista y vinieron todas aquellas fieras que me llamaban puta y traficante. Ahora que vivo allí  la gente de Cangas me quiere un montón. Y luego fui concejala en Vigo. Lo de Cangas fue para ayudar al partido, porque a mí no me gusta la política activa, soy muy anárquica, acepto las mayorías, cuidado, pero soy muy indisciplinada. Me ofrecieron ser diputada y senadora, pero a mí me gusta la vida social. Estos días estuvo aquí la del PP, Elena Muñoz, ya le dije que aquí venís cuando queráis porque soy muy respetuosa, pero cuando tengo que cantárselas se las canto, me da igual del color que sean. Se lo digo a los míos y a los otros.
¿Y lo del futbol de dónde viene?
Cuando llegó Mouriño, que yo no lo conocía, me llamó y me dijo que quería hablar conmigo y me pidió que entrara en la directiva. A ver, yo soy celtista, porque soy muy viguesa, recuerdo que cuando era adolescente y mi padre me castigaba por contestona ponía una galena para poder escuchar el partido. Él me dijo que me lo ofrecía porque era una persona comprometida socialmente y yo le dije que lo iba a hablar con mi familia. En casa me llevé una sorpresa porque mis hijos y mi marido respondieron ¿y por qué no? Tu siempre peleas para que la gente joven haga deporte y sea comprometida con los estudios y esos valores puedes llevarlos a los equipos inferiores. Acepté por eso. Y funcionan muy bien mis reglas, cuando suspenden no entrenan, los estudios son primordiales y luego el trabajo con las familias, que no entran en determinados sitios porque tu hijo no es mejor que el otro ni el otro mejor que el tuyo.
¿Qué es lo que más le gusta en la vida?
Soy muy familiar. Así como me ves que soy muy callejera, en mi casa los domingos somos 17 a comer. Voy a ser bisabuela por partida doble, porque mis dos nietas de mi hijo el mayor quedaron embarazadas a la vez. ¡Me siento más feliz! La familia es la base de todo por eso cuando tu educas a tus hijos en unos valores y te aparece este problema de la droga es muy duro. Yo jamás en la vida hubiera pensado que mis hijos iban a robar o a entrar en la cárcel. Pero también gracias a nosotros se resolvieron muchos problemas en las cárceles. Como cuando le dije a un director de la prisión que había que poner medidas porque en los vis a vis cantidad de chicas se quedaban embarazadas y me dijo ¡usted está loca! Se lo dije a Soto, que siempre iba a comer en Nochebuena a la prisión, y llevó una caja enorme de condones. Y desde aquella empezaron a dar condones en todas las prisiones de España. 

Te puede interesar