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TelemedicinaTelemedicina viguesa para hacer electros en la Antártida viguesa para hacer electros en la Antártida

Jordi Felipe y MIguel Moure, ayer en la sede de Imaxdi.
photo_camera Jordi Felipe y MIguel Moure, ayer en la sede de Imaxdi.

La Base “Juan Carlos I” incorpora un dispositivo para realizar un diagnóstico cardiológico

n n n El gestor de la Base Antártica Española “Juan Carlos I”, Jordi Felipe Álvarez, y el director ejecutivo de la empresa de biomedicina Imaxdi, Miguel Moure, firmaron ayer un acuerdo para llevar tecnología viguesa  de telediagnóstico de enfermedades cardiológicas a estas instalaciones científicas que gestiona la Unidad de Tecnología Marina del CSIC en la isla Livingstone. 
El sistema mBeat es un equipo de tamaño reducido (un sensor que integra un electrocardiógrafo dirital de 12 derivaciones y una pinza de oximetría) para realizar electrocardiogramas y que se comunica con una tablet,un  teléfono u otro dispositivo móvil vía bluetooth, para finalmente llevar los datos a una plataforma de telediagnóstico en la “nube” que atenderán cardiólogos desde cualquier parte del mundo, que también valoran otros datos del paciente  como la edad, el sexo, y otras circunstancias. 
Jordi Felipe Álvarez destacó la importancia de contar con un dispositivo de estas características en un entorno aislado y en condiciones extremas, donde no es posible llevar equipos muy abultados y donde las evacuaciones aéreas no siempre son posibles por el clima.
 El gestor del CSIC dijo que quieren llegar más allá en la telemedicina con la incorporación en un futuro de equipos para hacer ecografías y radiografías para examinar fisuras y esguinces en el personal, problemas más habituales.
El contingente de científicos y técnicos para la nueva campaña en la Base Antártica partirá del puerto de Cartagena a bordo del buque del CSIC 'Hespérides' el próximo 20 de octubre, y llegará a Punta Arenas (Chile) el próximo 20 de noviembre. El 26 de noviembre zarpa de nuevo hacia la base del Antártico, sorteando el temido paso de Drake, y se quedarán hasta marzo. En esta ocasión viajarán 17 técnicos, 27 científicos y otros 7 científicos más que irán al campamento que gestiona la base y que incluye dos iglús de fibra (uno es un laboratorio y otro es un salón-comedor y zona de comunicaciones) y tiendas de campaña para dormir, en las que es habitual utilizar dos y tres sacos para soportar la humedad. A esto se añade otra tienda con el techo más alto que se usa a modo de cuarto de baño (sin ducha) y en el que las heces y orina se depositan en recipientes que se guardan para su posterior destrucción. “Allí cualquier acción de la vida cotidiana es complicada, hasta lavar unos platos, porque no se puede dejar nada, es un lugar de especial protección”, explica Jordi Felipe. Como ejemplo explica que es un lugar de cría de elefantes marinos y que tiene lugar precisamente en verano, cuando ellos trabajan en la zona 
 Españoles, japoneses, rusos, ucranianos, alemanes e investigadores de otras nacionalidades convivirán durante tres meses en este espacio, donde se convierten en “familia política” en un ambiente que puede recordar al Gran Hermano. Hay pocas distracciones, aunque a veces reciben visitas de turismo antártico en la base, muy controlado y respetuoso con el medio, y en Navidad no es la primera vez que celebran las fiestas con los miembros de una base búlgara cercana, a media hora de distancia. Con ellos también comparten experiencias y colaboración cuando es necesario: “su equipo médico está más enfocado a la cirugía y el nuestro a la montaña”.
 España cuenta con otra base en el continente Antártico, la “Gabriel de Castilla” situada en la isla Decepción y que gestiona el Ejército de Tierra. Está situada a tres kilómetros en barco desde la “Juan Carlos I”, pero se comunican  por teléfono y también al llegar y partir de la Antártida.n

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