El Auditorio de Beiramar se rindió al virtuosismo del músico americano ante un aforo totalmente entregado
nnn La expectación era máxima. Los cerca de 1.500 espectadores que ayer llenaron el Auditorio de Beiramar ovacionaron al guitarrista Steve Vai.
En un derroche visual, el intérprete salió cubierto con capucha y lanzando rayos láser desde sus gafas. Medio en penumbras, se distinguía su silueta por los señales lumínicos de la guitarra.
Tras su entrada triunfal, inició su repertorio con “Bad Horsie”, donde dio pistas de su habilidad con las cuerdas. Un auténtico mago que continuó con “Crying machine” y “Gravity Storm”.
A estas alturas el público ya estaba completamente entregado. Para cada tema, Vai cambiaba de guitarra, aportando mayor virtuosismo, se cabe a su actuación. Disfrutó en el escenario, acariciando con delicadeza el mástil y sacando sonidos imposibles.
Su espectacular actuación estuvo custodiada en todo momento por la banda que lo acompaña en la gira: el batería Jeremy Colson bajista Philip Bynoe, pasando por un soberbio Dave Weiner a la guitarra rítmica.
El complemento audiovisual fue esencial en la interpretación de temas como “Liberty”o “The animal”. En medio sonaron de forma magistral temas conocidos como “Erotic Nighmares” o “Bad Intros”.
Fue un repertorio con más de veinte temas de toda su trayectoria musical. Destacó “For the love of God”.
Como broche de oro, Vai eligió tres grandes: “Stevie´s Spanking”, “Build me a song” y “Racing the world”. Reclamado por el respetable, volvió a salir para interpretar “Taurus Bulba”.
Con Steve Vai se puso punto y final a los conciertos del festival Illas Cíes para apoyar la candidatura de las islas a Patrimonio de la Humanidad.n
