Javier Casado reconoce estar “físicamente agotado, aunque moralmente bien” después de reanimar este domingo a un usuario de las instalaciones municipales
No quiere protagonismo, ni notoriedad. Javier Casado, socorrista, de 50 años, considera que solo hizo su trabajo. Sin embargo, su rápida intervención y su constancia en la reanimación cardiopulmonar durante 23 minutos le salvaron la vida a un hombre que se desmayó, hundiéndose en la piscina el domingo por la mañana cuando disfrutaba de un baño en las instalaciones municipales de Teis. Con la llegada de la ambulancia, el accidentado fue trasladado al hospital, donde se recupera favorablemente. “Físicamente estoy agotado”, reconoce, “tengo las rodillas fatal y sufro agujetas, pero moralmente me siento muy bien”.
Javier lleva 20 años como socorrista y reivindica un trabajo que no siempre se reconoce: “Estamos ahí los 365 días del año, vigilando no solo las playas, sino también las piscinas; no se acuerdan de nosotros hasta que pasa algo”. Señala que lo sucedido el domingo fue un caso puntual, “no es habitual que tengamos que hacer salvamentos; en este caso, tenía problemas cardíacos y no nos lo había comunicado”. Las piscinas municipales cuentan con quince socorristas titulados, que controlan a los bañistas de 7 a 11.
Pese a los intentos de Javier por quitar importancia a su intervención, ésta arrancó las felicitaciones de sus compañeros, pero también de los testigos del salvamento: “Me siento muy cuidado y protegido gracias a la labor profesional llevada a cabo por los socorristas que están todos los días pendientes de que no ocurra una desgracia”, afirmó Amador Bernardo Vázquez, habitual de la piscina de Teis y que hace tres días presenció el suceso.
Vigo cuenta con cuatro piscinas municipales: Lavadores, Valadares y O Carmen se unen a la de Teis entre las que se reparten la plantilla de socorristas.n
