Varios candidatos a la oferta de empleo de Air Nostrum en Vigo se quedaron fuera en la primera criba por la estatura. La compañía descartó a los aspirantes a tripulantes de cabina con un centímetro menos de la estatura exigida
Contaban con la formación requerida, un alto nivel de inglés, la edad apropiada y buena presencia pero el metro les jugó una mala pasada. Un grupo de jóvenes que ayer se presentó al proceso de selección de tripulantes de cabina de Air Nostrum en Vigo fue descartado en la primera criba por no alcanzar en un centímetro la estatura exigida. “No nos parece justo, porque es sólo un centímetro y además, los aviones cada vez tienen unas dimensiones más pequeñas”, se lamentaba Miguel. Este vigués consiguió pasar todas las pruebas para Iberia pero un fatal accidente el día de los incendios le impidió incorporarse al curso de formación. “Me caí por las escaleras al tratar de desalojar mi casa en Alcabre por el fuego y me rompí los ligamentos”, explicaba.
Él no tuvo suerte ayer al igual que Jorge, Georgia, Paula, Paola y María. Estos jóvenes de entre 18 y 24 años ni siquiera tuvieron opción a demostrar sus aptitudes. “Lo primero fue medirnos, sin tacones y dos veces, para que por un centímetro te dejen fuera”, relataba Georgia, de Vigo. Paula llegó desde Ponteareas, asegura que es una profesión que le “encanta” y lo volverá a intentar.
“Sabíamos el límite de estaturas pero cuando es uno o dos centímetros la verdad que lo intentas”, añadía María. Paola, de origen venezolano tuvo además el problema de que el ciclo formativo exigido no había sido convalidado en España. Ella aseguraba que “se supone que la altura es tan importante para que puedas manejarte bien dentro del avión”.
Jorge, también rechazado por “los pelos” incidía en que “yo he hecho la prueba y llego perfectamente sin problemas y si no siempre puedes ponerte de puntillas en el caso de los chicos y un tacón, las chicas. Hoy en día este requisito, de forma tan estricta no tiene mucho sentido”. Natural de Sanxenxo, este joven de 24 años asegura que lo seguirá intentando, “es lo que me gusta”.
Ni ellos ni el resto de los casi 50 jóvenes que ayer se presentaron a las pruebas le teme a volar, “para nada (ríen)” sino más bien todo lo contrario.
Los responsables de la compañía llevaron a cabo el proceso de selección en la ciudad, con una entrevista personal y una serie de pruebas psicotécnicas.n